Buda; Escuela china; siglo XX. Cuarzo rosa y peana de madera. Medidas: 37,5 x 35 x 22 cm; 8 cm (altura de peana). Peso: 37 kgr. Escultura realizada en cuarzo rosa tallado de tal modo que representa a un Buda en reposo, junto a otros dos personajes de menor tamaño que se disponen en la zona de los hombros de la figura central. La figura principal destaca por su posición protagonista en el conjunto escultórico, sus dimensiones y por el detalle de su factura. Ejemplo de ello son algunos aspectos destacados como por ejemplo, el vientre al descubierto y su rostro sonriente. Características que asocian la representación escultórica con Hotei, dios budista de la alegría y la felicidad, dador de buena suerte a aquél que le acaricie su prominente barriga. Cabe citar que La gran expresividad del semblante, el aspecto relajado de las actitudes y el naturalismo con que se plasman las carnes generosas y la blandura de las carnaciones es característico de la estatuaria china, como se aprecia en esta pieza. Hotei, popularmente conocido como "Buda gordo", su origen mitológico data del tiempo de la Dinastía Liang china. Se cree que era un monje budista que, debido a su naturaleza benevolente, se le llegó a considerar una encarnación del bodhisattva Maitreya. Presenta varios lakshana o símbolos iconográficos propios de las representaciones plásticas de budas y bodhisatvas, de significado sagrado: párpados entornados son símbolo de concentración espiritual y también de pureza, por su similitud con los pétalos del loto, y completan un rostro sereno de sonrisa esbozada, símbolo del equilibrio y la serenidad propios de un ser perfecto; es posible intuir los lóbulos alargados de las orejas, que aluden a los grandes pendientes que llevaban los miembros de las clases altas en la India contemporánea a Sakyamuni, y que representan los conceptos de grandeza, nobleza y sabiduría. La pieza se convierte en una interesante manera de conocer el arte oriental ya que el cuarzo rosa fue un material muy apreciado en China por sus características estéticas y por sus supuestas propiedades curativas. A su vez, su aspecto traslúcido otorga a la pieza unos hermosos contrastes que nos indican la pureza del material.
Buda; Escuela china; siglo XX. Cuarzo rosa y peana de madera. Medidas: 37,5 x 35 x 22 cm; 8 cm (altura de peana). Peso: 37 kgr. Escultura realizada en cuarzo rosa tallado de tal modo que representa a un Buda en reposo, junto a otros dos personajes de menor tamaño que se disponen en la zona de los hombros de la figura central. La figura principal destaca por su posición protagonista en el conjunto escultórico, sus dimensiones y por el detalle de su factura. Ejemplo de ello son algunos aspectos destacados como por ejemplo, el vientre al descubierto y su rostro sonriente. Características que asocian la representación escultórica con Hotei, dios budista de la alegría y la felicidad, dador de buena suerte a aquél que le acaricie su prominente barriga. Cabe citar que La gran expresividad del semblante, el aspecto relajado de las actitudes y el naturalismo con que se plasman las carnes generosas y la blandura de las carnaciones es característico de la estatuaria china, como se aprecia en esta pieza. Hotei, popularmente conocido como "Buda gordo", su origen mitológico data del tiempo de la Dinastía Liang china. Se cree que era un monje budista que, debido a su naturaleza benevolente, se le llegó a considerar una encarnación del bodhisattva Maitreya. Presenta varios lakshana o símbolos iconográficos propios de las representaciones plásticas de budas y bodhisatvas, de significado sagrado: párpados entornados son símbolo de concentración espiritual y también de pureza, por su similitud con los pétalos del loto, y completan un rostro sereno de sonrisa esbozada, símbolo del equilibrio y la serenidad propios de un ser perfecto; es posible intuir los lóbulos alargados de las orejas, que aluden a los grandes pendientes que llevaban los miembros de las clases altas en la India contemporánea a Sakyamuni, y que representan los conceptos de grandeza, nobleza y sabiduría. La pieza se convierte en una interesante manera de conocer el arte oriental ya que el cuarzo rosa fue un material muy apreciado en China por sus características estéticas y por sus supuestas propiedades curativas. A su vez, su aspecto traslúcido otorga a la pieza unos hermosos contrastes que nos indican la pureza del material.
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