Escuela española; siglo XVII. “San Vicente Ferrer”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta perforaciones, faltas una prueba de limpieza y repintes. Posee marco con faltas. Medidas: 57,5 x 45,5 cm; 71,5 x 58 cm (marco). San Vicente Ferrer fue un dominico español de finales del siglo XIV y principios del XV, taumaturgo, predicador, lógico y filósofo. Predicó en España y en diversas ciudades de Europa, sobre todo en Italia, a raíz de la célebre visión que tuvo en la ciudad de Aviñón en 1398. Era seguido por multitudes, y realizó numerosos milagros. Muy importante fue su activa y decisiva participación en el Compromiso de Caspe, donde fue elegido como rey de Aragón Fernando de Antequera. Además, se dice de él que todos los que le escuchaban le entendían, fueran castellanos, franceses, vascos, italianos del Piamonte y Lombardía, etc., pese a que siempre predicó “en su lengua Valenciana”. A este don de lenguas alude precisamente la llama que se representa usualmente sobre su cabeza. Llamado al santo taumaturgo dominico, San Vicente Ferrer goza de un culto muy difundido, lo que conllevó ya en fechas tempranas un amplio desarrollo de su iconografía, que es muy diversa. Tradicionalmente se le representa con el hábito de la orden dominica, con la tonsura, un brazo levantado señalando al cielo y un pergamino en el que se lee “Timete Deum et date Illia honorem quia venit hora iudicius eius” (“Temed a Dios y dadle gloria, porque ya es la hora de su juicio”, AP. 14, 7). También puede aparecer con una llama sobre la cabeza, alas a sus espaldas, un ángel tocando la trompeta, un libro y un lirio. En la obra que destaca por su sobriedad, el autor nos presenta un retrata de medio cuerpo con el rostro del santo girado hacia la derecha y las manos alzadas en actitud de oración. Solamente las leyendas que se disponen en la zona superior de la composición nos indican la identidad del protagonista.
Escuela española; siglo XVII. “San Vicente Ferrer”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta perforaciones, faltas una prueba de limpieza y repintes. Posee marco con faltas. Medidas: 57,5 x 45,5 cm; 71,5 x 58 cm (marco). San Vicente Ferrer fue un dominico español de finales del siglo XIV y principios del XV, taumaturgo, predicador, lógico y filósofo. Predicó en España y en diversas ciudades de Europa, sobre todo en Italia, a raíz de la célebre visión que tuvo en la ciudad de Aviñón en 1398. Era seguido por multitudes, y realizó numerosos milagros. Muy importante fue su activa y decisiva participación en el Compromiso de Caspe, donde fue elegido como rey de Aragón Fernando de Antequera. Además, se dice de él que todos los que le escuchaban le entendían, fueran castellanos, franceses, vascos, italianos del Piamonte y Lombardía, etc., pese a que siempre predicó “en su lengua Valenciana”. A este don de lenguas alude precisamente la llama que se representa usualmente sobre su cabeza. Llamado al santo taumaturgo dominico, San Vicente Ferrer goza de un culto muy difundido, lo que conllevó ya en fechas tempranas un amplio desarrollo de su iconografía, que es muy diversa. Tradicionalmente se le representa con el hábito de la orden dominica, con la tonsura, un brazo levantado señalando al cielo y un pergamino en el que se lee “Timete Deum et date Illia honorem quia venit hora iudicius eius” (“Temed a Dios y dadle gloria, porque ya es la hora de su juicio”, AP. 14, 7). También puede aparecer con una llama sobre la cabeza, alas a sus espaldas, un ángel tocando la trompeta, un libro y un lirio. En la obra que destaca por su sobriedad, el autor nos presenta un retrata de medio cuerpo con el rostro del santo girado hacia la derecha y las manos alzadas en actitud de oración. Solamente las leyendas que se disponen en la zona superior de la composición nos indican la identidad del protagonista.
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