Escuela flamenca; hacia 1700. “El lavatorio”. Óleo sobre lienzo. Presenta restauraciones. Posee marco del siglo XIX. Medidas: 83 x 105 cm; 89 x 110 cm (marco). Se representa aquí una escena narrada por el Evangelio de Juan, ampliamente tratada en la pintura. Cristo arrodillado ante Pedro, se dispone a lavarle los pies. El resto de apóstoles circundan a las dos figuras, e intercambian impresiones mostrándose aturdidos por la idea de ser lavados por su Señor. La figura de Jesús, diferenciado de los demás por la actitud y la luz que emerge de su Nimbo dorado, destaca sobre la composición. Cuenta el Evangelio de Juan que durante la Última Cena, Jesús se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Después de echar agua en un recipiente, se puso a lavar los pies a sus discípulos. Simón Pedro pretendió negarse, pero al insistir Jesús en que de otro modo no podría tener parte con él, accedió a que le lavase los pies. Esta tradición era una costumbre antigua que demostraba respeto y gratitud hacia los invitados, de tal modo que Jesús adopta esta costumbre frente a sus apóstoles, demostrándoles así su lealtad hacia ellos. A pesar de que esta es la imagen más relevante de la pintura, y la que dicta la temática de la obra, la escena se compone de varios registros que acercan al espectador hacia un cierto realismo en cuanto al espacio temporal que se sucede en la obra. Jesús junto a sus discípulos se encuentran ubicados en la zona derecha de la composición, como ya se me ha mencionado, sobre sus cabezas se puede leer la frase; Capit lavare pedes discipulorum (entones le lavó los pies a sus discípulos). El hecho de introducir la frase y referirse al pasaje bíblico de la escena aporta una mayor literalidad al acto, y cierta veracidad que nace de la propia narración bíblica. En la zona izquierda y trazando una diagonal que finaliza en el centro, se pueden apreciar varios personajes que parecen crear una especie de procesión, en primer lugar, un niño arrodillado sostiene un gran cirio, seguido de un camarero, de otro infante con vela y finalmente, y finalmente, de dos personajes de edad avanzada barbados, que parecen sabios que contemplan la escena. La presencia de personajes continua en la zona superior derecha de la pintura, en un espacio reducido, donde se aprecian varios personajes en unas escaleras, uno de ellos con una bandeja, lo que indica que se trata de camareros. Estéticamente la obra se inscribe en los patrones estéticos desarrollados por la escuela flamenca, tanto el uso de tonalidades oscuras, el gusto por las escenas costumbristas, donde se presentan arquetipos de la sociedad de la época, los elementos de carácter realista que aportan un gran detallismo a la escena como por ejemplo la tinaja roja que se encuentra en el primer plano de la imagen, etc, en definitiva un conjunto de recursos estético- técnicos, que hacen a esta obra heredera del estilo propio de la escuela flamenca.
Escuela flamenca; hacia 1700. “El lavatorio”. Óleo sobre lienzo. Presenta restauraciones. Posee marco del siglo XIX. Medidas: 83 x 105 cm; 89 x 110 cm (marco). Se representa aquí una escena narrada por el Evangelio de Juan, ampliamente tratada en la pintura. Cristo arrodillado ante Pedro, se dispone a lavarle los pies. El resto de apóstoles circundan a las dos figuras, e intercambian impresiones mostrándose aturdidos por la idea de ser lavados por su Señor. La figura de Jesús, diferenciado de los demás por la actitud y la luz que emerge de su Nimbo dorado, destaca sobre la composición. Cuenta el Evangelio de Juan que durante la Última Cena, Jesús se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Después de echar agua en un recipiente, se puso a lavar los pies a sus discípulos. Simón Pedro pretendió negarse, pero al insistir Jesús en que de otro modo no podría tener parte con él, accedió a que le lavase los pies. Esta tradición era una costumbre antigua que demostraba respeto y gratitud hacia los invitados, de tal modo que Jesús adopta esta costumbre frente a sus apóstoles, demostrándoles así su lealtad hacia ellos. A pesar de que esta es la imagen más relevante de la pintura, y la que dicta la temática de la obra, la escena se compone de varios registros que acercan al espectador hacia un cierto realismo en cuanto al espacio temporal que se sucede en la obra. Jesús junto a sus discípulos se encuentran ubicados en la zona derecha de la composición, como ya se me ha mencionado, sobre sus cabezas se puede leer la frase; Capit lavare pedes discipulorum (entones le lavó los pies a sus discípulos). El hecho de introducir la frase y referirse al pasaje bíblico de la escena aporta una mayor literalidad al acto, y cierta veracidad que nace de la propia narración bíblica. En la zona izquierda y trazando una diagonal que finaliza en el centro, se pueden apreciar varios personajes que parecen crear una especie de procesión, en primer lugar, un niño arrodillado sostiene un gran cirio, seguido de un camarero, de otro infante con vela y finalmente, y finalmente, de dos personajes de edad avanzada barbados, que parecen sabios que contemplan la escena. La presencia de personajes continua en la zona superior derecha de la pintura, en un espacio reducido, donde se aprecian varios personajes en unas escaleras, uno de ellos con una bandeja, lo que indica que se trata de camareros. Estéticamente la obra se inscribe en los patrones estéticos desarrollados por la escuela flamenca, tanto el uso de tonalidades oscuras, el gusto por las escenas costumbristas, donde se presentan arquetipos de la sociedad de la época, los elementos de carácter realista que aportan un gran detallismo a la escena como por ejemplo la tinaja roja que se encuentra en el primer plano de la imagen, etc, en definitiva un conjunto de recursos estético- técnicos, que hacen a esta obra heredera del estilo propio de la escuela flamenca.
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