Escuela italiana o española, s.XVI. Panel Renacentista. Óleo sobre madera estufada. Marco de época, adaptado en el s.XVII. Medidas: 70 x 101 cm.(panel); 86 x 121 cm. (marco). La fantasía y el divertimento del grutesco renacentista se desarrolla en este panel, en madera estufada y pintada al óleo. Infantes cabalgan dragones; de sinuosos tallos germinan cabezas humanas en lugar de frutos; duendes y faunos emergen bajo baldaquinos, putti y torcheros asoman entre veneras, cornucopias y mascarones de tritones... En Italia, el grutesco y el candelieri conocieron un enorme desarrollo, pero también en España, en su variación plateresca, triunfaron reinventando el lenguaje ornamental. El grutesco imita las pinturas murales que se hallaron en Roma durante el siglo XV al desenterrar las llamadas grotte (‘grutas’), salas abovedadas en las ruinas de la Domus Aurea de Nerón, en los baños de Tito y Livia y en Villa Adriana, principalmente. El grottesco renacentista relacionado con la decoración de aquellas grotte adquirió en un primer momento el significado peyorativo de ‘mal gusto’, ‘deforme’ y ‘extravagante’ (haciéndose eco de las críticas de Marco Vitruvio), pero pronto las críticas se tornaron elogios, al ser solicitados este tipo de ornatos para decorar los aposentos más aristocráticos.
Escuela italiana o española, s.XVI. Panel Renacentista. Óleo sobre madera estufada. Marco de época, adaptado en el s.XVII. Medidas: 70 x 101 cm.(panel); 86 x 121 cm. (marco). La fantasía y el divertimento del grutesco renacentista se desarrolla en este panel, en madera estufada y pintada al óleo. Infantes cabalgan dragones; de sinuosos tallos germinan cabezas humanas en lugar de frutos; duendes y faunos emergen bajo baldaquinos, putti y torcheros asoman entre veneras, cornucopias y mascarones de tritones... En Italia, el grutesco y el candelieri conocieron un enorme desarrollo, pero también en España, en su variación plateresca, triunfaron reinventando el lenguaje ornamental. El grutesco imita las pinturas murales que se hallaron en Roma durante el siglo XV al desenterrar las llamadas grotte (‘grutas’), salas abovedadas en las ruinas de la Domus Aurea de Nerón, en los baños de Tito y Livia y en Villa Adriana, principalmente. El grottesco renacentista relacionado con la decoración de aquellas grotte adquirió en un primer momento el significado peyorativo de ‘mal gusto’, ‘deforme’ y ‘extravagante’ (haciéndose eco de las críticas de Marco Vitruvio), pero pronto las críticas se tornaron elogios, al ser solicitados este tipo de ornatos para decorar los aposentos más aristocráticos.
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