Escuela mallorquina; siglo XVII. “La Virgen con orla de flores”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta faltas y repintes. Posee faltas en el marco. Medidas: 86,5 x 66 cm; 101 x 79 cm (marco). En el centro de una detallada orla de flores, se inscribe la figura de la Virgen. Esta dirige su mirada al cielo, y cruza sus brazos sobre el pecho en actitud de clemencia y devoción, gestos característicos de las representaciones marianas. El fondo dorado monumentaliza la figura de la protagonista, que viste túnica y manto con los colores habituales; rojo y azul en alusión a la pasión de Cristo, el sacrificio y la universalidad, valores propios del cristianismo. Es reseñable mencionar la orla de flores, que destaca por su variedad, colorido y fidelidad a la realidad. Una de las flores que se puede apreciar es un tulipán, una flor muy apreciada durante el barroco, que se consideraba una rareza. Esta profusión de la orla invita a entroncar la imagen con el esplendor de la escuela mallorquina, en dicho genero artístico. La escuela mallorquina de naturalezas muertas evidencia una fuerte influencia de la valenciana, si bien contó con personalidad propia y debió gozar de una cierta importancia, dada la cantidad de obras que han llegado hasta nuestros días. Se desarrolló principalmente desde finales del siglo XVII y durante el XVIII, a partir de la aparición de la figura de Guillermo Mesquida (1625-1747), que elevará el nivel de la pintura mallorquina. Fue el pintor más famoso del barroco balear y dominador absoluto del panorama artístico entre finales del XVII y la primera mitad del XVIII. Fue un excelente pintor de naturalezas muertas, si bien no conservamos hoy en día ni una sola de ellas que podamos atribuirle con absoluta certeza. Sus biógrafos indican que fue discípulo en Roma del italiano Carlos Marata, pintor que tuvo gran influencia en el desarrollo de la naturaleza muerta, ya que colaboró con numerosos especialistas de este género. Mesquida representó en sus obras frutas, animales y flores, y fundó en Mallorca un taller en el que se harían numerosas obras, algunas de las cuales aún se conservan hoy en día. Su estilo se habría caracterizado por una gran riqueza cromática y una clara ostentosidad y abundancia en los elementos frutales y florales, rasgos que heredarían sus seguidores de la escuela mallorquina, tal y como se aprecia en este lienzo. Gracias a la influencia de Mesquida, los pintores mallorquines de naturalezas muertas recogen elementos italianos, especialmente napolitanos y romanos, siempre conjugados con la influencia de la escuela valenciana.
Escuela mallorquina; siglo XVII. “La Virgen con orla de flores”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta faltas y repintes. Posee faltas en el marco. Medidas: 86,5 x 66 cm; 101 x 79 cm (marco). En el centro de una detallada orla de flores, se inscribe la figura de la Virgen. Esta dirige su mirada al cielo, y cruza sus brazos sobre el pecho en actitud de clemencia y devoción, gestos característicos de las representaciones marianas. El fondo dorado monumentaliza la figura de la protagonista, que viste túnica y manto con los colores habituales; rojo y azul en alusión a la pasión de Cristo, el sacrificio y la universalidad, valores propios del cristianismo. Es reseñable mencionar la orla de flores, que destaca por su variedad, colorido y fidelidad a la realidad. Una de las flores que se puede apreciar es un tulipán, una flor muy apreciada durante el barroco, que se consideraba una rareza. Esta profusión de la orla invita a entroncar la imagen con el esplendor de la escuela mallorquina, en dicho genero artístico. La escuela mallorquina de naturalezas muertas evidencia una fuerte influencia de la valenciana, si bien contó con personalidad propia y debió gozar de una cierta importancia, dada la cantidad de obras que han llegado hasta nuestros días. Se desarrolló principalmente desde finales del siglo XVII y durante el XVIII, a partir de la aparición de la figura de Guillermo Mesquida (1625-1747), que elevará el nivel de la pintura mallorquina. Fue el pintor más famoso del barroco balear y dominador absoluto del panorama artístico entre finales del XVII y la primera mitad del XVIII. Fue un excelente pintor de naturalezas muertas, si bien no conservamos hoy en día ni una sola de ellas que podamos atribuirle con absoluta certeza. Sus biógrafos indican que fue discípulo en Roma del italiano Carlos Marata, pintor que tuvo gran influencia en el desarrollo de la naturaleza muerta, ya que colaboró con numerosos especialistas de este género. Mesquida representó en sus obras frutas, animales y flores, y fundó en Mallorca un taller en el que se harían numerosas obras, algunas de las cuales aún se conservan hoy en día. Su estilo se habría caracterizado por una gran riqueza cromática y una clara ostentosidad y abundancia en los elementos frutales y florales, rasgos que heredarían sus seguidores de la escuela mallorquina, tal y como se aprecia en este lienzo. Gracias a la influencia de Mesquida, los pintores mallorquines de naturalezas muertas recogen elementos italianos, especialmente napolitanos y romanos, siempre conjugados con la influencia de la escuela valenciana.
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