GUGLIELMO DELLA PORTA (Italia, ca. 1550-1577). “La flagelación”. Marfil y ébano. Presenta faltas en la talla. Obra reproducía en la publicación de Margarita Estella. Medidas: 10 x 4 x 3 cm; 20 x 31 x 11,5 cm (total). La blancura del marfil, en contraste con el negro intenso del ébano, aportan una gran sobriedad, elegancia y emotividad contenida a esta escena, cuya temática muestra uno de los momentos más dramáticos de la vida de Cristo. Situado en el centro de este grupo escultórico, la figura de Jesús no muestra el patetismo propio de este pasaje bíblico, sino que se nos presenta de un modo grácil, con una curvatura clásica, de igual modo que las figuras que flanquean los laterales, aunque en este caso sí que se muestran más forzadas que la talla de Jesús. A lo largo de la Historia del Arte, y sobre todo a partir de la Edad Media, la representación de la Flagelación de Cristo atado a la Columna ha sido uno de los temas más tratados por los artistas, haciendo de este uno de los momentos en los que mejor podrían expresar el sufrimiento de Cristo durante la Pasión. También sirvió como fuente de inspiración para numerosos literatos místicos que se recreaban en la crudeza del momento, contando incluso la cantidad de latigazos que recibió Cristo, a veces con cifras exageradas como los 5475 golpes de los que nos habla Santa Brígida. Además, esta iconografía era muy poderosa para fomentar la devoción popular, ya que el fiel se conmueve de un hombre que es azotado injustamente. Estilísticamente observamos esta tipología iconográfica para la exaltación de la belleza del cuerpo de un hombre joven, figura que destaca sobre el resto por encontrarse despojado de sus ropajes. Guglielmo della Porta fue un reconocido escultor, arquitecto y restaurador italiano de manierismo. Hijo de Cristoforo della Porta y su esposa Caterina, recibió su educación artística de mano de su tío Giovanni Battista della Porta en Génova. Trabajó para la catedral de Génova durante sus primeros años de formación artistica ya en 1531 junto con su hermano Giacomo y bajo la dirección de su tío en las estatuas de la capilla de San Juan Bautista. En 1537 se mudó a Roma y se convirtió en discípulo de Miguel Ángel, consiguiendo así un mayor número de encargos. Ejemplo de ello es su el busto que realizó para el Papa Pablo III en 1547, después de su muerte y la tumba de San Pedro, que fue su trabajo principal, que le ocupó desde 1555 hasta 1575, aunque sin embargo, luego revisada por Bernini. Su carrera como escultor de la corte de los Farnesio se debió a su contacto con Mario Maccarone, el supervisor de los proyectos de construcción papales. En 1540, como Della Porta diseñó la tumba de Vincenzo degli Ubaldi en la iglesia de Santi XII Apostoli. Della Porta era un hermano lego de los cistercienses y fue llamado desde 1547 a la moneda papal. Entre otras cosas, su estudio se encargó de complementar las piernas del torso de Farnese, que se encontró en 1546. El resultado fue tan convincente para sus contemporáneos que siguiendo el propio consejo de Miguel Ángel fue aprobado para vincular las antiguas extremidades de la estatua, que había sido excavada. Hoy en día sus obras se encuentran en diferentes lugares de gran relevancia histórica y artística ejemplo de ello es su escultura de Moises en San Lorenzo de Fiori, o por ejemplo sus obras en la capilla Giuliano de la catedral de Genova, en Santa Maria del Popolo, y su busto de Pablo III que se encuentra en el Museo de Capodimonte.
GUGLIELMO DELLA PORTA (Italia, ca. 1550-1577). “La flagelación”. Marfil y ébano. Presenta faltas en la talla. Obra reproducía en la publicación de Margarita Estella. Medidas: 10 x 4 x 3 cm; 20 x 31 x 11,5 cm (total). La blancura del marfil, en contraste con el negro intenso del ébano, aportan una gran sobriedad, elegancia y emotividad contenida a esta escena, cuya temática muestra uno de los momentos más dramáticos de la vida de Cristo. Situado en el centro de este grupo escultórico, la figura de Jesús no muestra el patetismo propio de este pasaje bíblico, sino que se nos presenta de un modo grácil, con una curvatura clásica, de igual modo que las figuras que flanquean los laterales, aunque en este caso sí que se muestran más forzadas que la talla de Jesús. A lo largo de la Historia del Arte, y sobre todo a partir de la Edad Media, la representación de la Flagelación de Cristo atado a la Columna ha sido uno de los temas más tratados por los artistas, haciendo de este uno de los momentos en los que mejor podrían expresar el sufrimiento de Cristo durante la Pasión. También sirvió como fuente de inspiración para numerosos literatos místicos que se recreaban en la crudeza del momento, contando incluso la cantidad de latigazos que recibió Cristo, a veces con cifras exageradas como los 5475 golpes de los que nos habla Santa Brígida. Además, esta iconografía era muy poderosa para fomentar la devoción popular, ya que el fiel se conmueve de un hombre que es azotado injustamente. Estilísticamente observamos esta tipología iconográfica para la exaltación de la belleza del cuerpo de un hombre joven, figura que destaca sobre el resto por encontrarse despojado de sus ropajes. Guglielmo della Porta fue un reconocido escultor, arquitecto y restaurador italiano de manierismo. Hijo de Cristoforo della Porta y su esposa Caterina, recibió su educación artística de mano de su tío Giovanni Battista della Porta en Génova. Trabajó para la catedral de Génova durante sus primeros años de formación artistica ya en 1531 junto con su hermano Giacomo y bajo la dirección de su tío en las estatuas de la capilla de San Juan Bautista. En 1537 se mudó a Roma y se convirtió en discípulo de Miguel Ángel, consiguiendo así un mayor número de encargos. Ejemplo de ello es su el busto que realizó para el Papa Pablo III en 1547, después de su muerte y la tumba de San Pedro, que fue su trabajo principal, que le ocupó desde 1555 hasta 1575, aunque sin embargo, luego revisada por Bernini. Su carrera como escultor de la corte de los Farnesio se debió a su contacto con Mario Maccarone, el supervisor de los proyectos de construcción papales. En 1540, como Della Porta diseñó la tumba de Vincenzo degli Ubaldi en la iglesia de Santi XII Apostoli. Della Porta era un hermano lego de los cistercienses y fue llamado desde 1547 a la moneda papal. Entre otras cosas, su estudio se encargó de complementar las piernas del torso de Farnese, que se encontró en 1546. El resultado fue tan convincente para sus contemporáneos que siguiendo el propio consejo de Miguel Ángel fue aprobado para vincular las antiguas extremidades de la estatua, que había sido excavada. Hoy en día sus obras se encuentran en diferentes lugares de gran relevancia histórica y artística ejemplo de ello es su escultura de Moises en San Lorenzo de Fiori, o por ejemplo sus obras en la capilla Giuliano de la catedral de Genova, en Santa Maria del Popolo, y su busto de Pablo III que se encuentra en el Museo de Capodimonte.
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