JOAQUIM MIR TRINXET (Barcelona, 1873 – 1940). "Vista de pueblo". Óleo sobre tabla. Firmado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 28 x 23 cm; 37 x 31 cm (marco). Una torre de campanario se recorta bajo un cielo azul turquesa, coronando una calle empinada. Con una paleta vibrante, ni siquiera las sombras absorben cadencias negras. La calidez estival impregna las paredes tostadas y reverbera sobre la calle sin asfaltar. Mir realiza un magnífico ejercicio plástico, recreándose en las texturas y en la vibración de las masas de color, reflejada a base de una pincelada larga, suelta, densa y enormemente expresiva, absoluta protagonista de la obra. Joaquim Mir estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Jordi de Barcelona y en el taller del pintor Luis Graner. Pronto se sintió incómodo con la enseñanza oficial, anclada en una concepción de la pintura realista, por lo que en 1893 fundó junto con otros compañeros la “Colla del Safrà”, para indagar en común en las iniciativas pictóricas de fin de siglo. En 1896 llegaron a participar como colectivo en la III Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas, a la que Mir presentó dos obras: “La huerta del rector” y “El vendedor de naranjas”. Asimismo, desde 1897 frecuentaba el ambiente artístico de “Els Quatre Gats”, lo que le sirvió para madurar en el estudio compositivo de paisajes con figuras en distintos planos de profundidad. En estos años concurrió a las Exposiciones de Bellas Artes de Barcelona, en sus ediciones de 1894, 1896 y 1898. Ganador de una segunda medalla en la Exposición de Madrid de 1899, ese mismo año se traslada a la capital con el objetivo de opositar a la beca en Roma. Al no conseguirla, marcha con Santiago Rusiñol a Mallorca, en un viaje que supondrá un definitivo punto de inflexión en su carrera. Mir queda deslumbrado por el paisaje mallorquín, que supuso para él una inagotable fuente de inspiración. El artista desplegará desde entonces toda una combinación de colores imposibles, fruto de su interpretación personal de la majestuosa naturaleza de la isla. Las pinceladas se alargaron y se convirtieron en manchas que casi hacían desaparecer los objetos y los referentes espaciales. En 1901 expone individualmente en la sala Parés de Barcelona el fruto de esta primera etapa mallorquina, y obtiene de nuevo segunda medalla en la Exposición Nacional. Obtiene en 1907 la primera medalla en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Barcelona. Desde entonces, instalado en Camp de Tarragona, no se moverá del género del paisaje, pero ahora serán los pueblos de los alrededores los protagonistas de su pintura. Adquiere el definitivo reconocimiento a nivel nacional en 1917, cuando se le concede el Premio Nacional de Bellas Artes. En1929 obtiene primera medalla en la Exposición Internacional de Barcelona. Al año siguiente gana la medalla de honor de la Exposición Nacional de Madrid, premio que perseguía desde 1922. Si bien fue un pintor principalmente autóctono, realizó muestras personales y colectivas en Washington, París, Pittsburg, Nueva York, Filadelfia, Ámsterdam, Buenos Aires y Venecia. Mir es hoy considerado como el más destacado representante del paisajismo postimpresionista español. Se conserva obra suya en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía de Madrid, entre muchos otros.
JOAQUIM MIR TRINXET (Barcelona, 1873 – 1940). "Vista de pueblo". Óleo sobre tabla. Firmado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 28 x 23 cm; 37 x 31 cm (marco). Una torre de campanario se recorta bajo un cielo azul turquesa, coronando una calle empinada. Con una paleta vibrante, ni siquiera las sombras absorben cadencias negras. La calidez estival impregna las paredes tostadas y reverbera sobre la calle sin asfaltar. Mir realiza un magnífico ejercicio plástico, recreándose en las texturas y en la vibración de las masas de color, reflejada a base de una pincelada larga, suelta, densa y enormemente expresiva, absoluta protagonista de la obra. Joaquim Mir estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Jordi de Barcelona y en el taller del pintor Luis Graner. Pronto se sintió incómodo con la enseñanza oficial, anclada en una concepción de la pintura realista, por lo que en 1893 fundó junto con otros compañeros la “Colla del Safrà”, para indagar en común en las iniciativas pictóricas de fin de siglo. En 1896 llegaron a participar como colectivo en la III Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas, a la que Mir presentó dos obras: “La huerta del rector” y “El vendedor de naranjas”. Asimismo, desde 1897 frecuentaba el ambiente artístico de “Els Quatre Gats”, lo que le sirvió para madurar en el estudio compositivo de paisajes con figuras en distintos planos de profundidad. En estos años concurrió a las Exposiciones de Bellas Artes de Barcelona, en sus ediciones de 1894, 1896 y 1898. Ganador de una segunda medalla en la Exposición de Madrid de 1899, ese mismo año se traslada a la capital con el objetivo de opositar a la beca en Roma. Al no conseguirla, marcha con Santiago Rusiñol a Mallorca, en un viaje que supondrá un definitivo punto de inflexión en su carrera. Mir queda deslumbrado por el paisaje mallorquín, que supuso para él una inagotable fuente de inspiración. El artista desplegará desde entonces toda una combinación de colores imposibles, fruto de su interpretación personal de la majestuosa naturaleza de la isla. Las pinceladas se alargaron y se convirtieron en manchas que casi hacían desaparecer los objetos y los referentes espaciales. En 1901 expone individualmente en la sala Parés de Barcelona el fruto de esta primera etapa mallorquina, y obtiene de nuevo segunda medalla en la Exposición Nacional. Obtiene en 1907 la primera medalla en la Exposición Internacional de Bellas Artes de Barcelona. Desde entonces, instalado en Camp de Tarragona, no se moverá del género del paisaje, pero ahora serán los pueblos de los alrededores los protagonistas de su pintura. Adquiere el definitivo reconocimiento a nivel nacional en 1917, cuando se le concede el Premio Nacional de Bellas Artes. En1929 obtiene primera medalla en la Exposición Internacional de Barcelona. Al año siguiente gana la medalla de honor de la Exposición Nacional de Madrid, premio que perseguía desde 1922. Si bien fue un pintor principalmente autóctono, realizó muestras personales y colectivas en Washington, París, Pittsburg, Nueva York, Filadelfia, Ámsterdam, Buenos Aires y Venecia. Mir es hoy considerado como el más destacado representante del paisajismo postimpresionista español. Se conserva obra suya en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo del Prado, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo Reina Sofía de Madrid, entre muchos otros.
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