Beschreibung:

JUAN MA­NUEL DÍAZ CA­NE­JA (Pa­len­cia, 1905 – Ma­drid, 1988). “El pa­lo­mar”. Óleo sobre lien­zo. Obra re­pro­du­ci­da en el ca­ta­lo­go rea­li­za­do con mo­ti­vo de la ex­po­si­ción J.​D.​CANEJA (1905-1988)., Ed. Artes Gra­fi­cas S.A, 1994, p.50. Fir­ma­do en la zona in­fe­rior de­re­cha. Fir­ma­do, ti­tu­la­do y lo­ca­li­za­do al dorso. Me­di­das: 65 x 92,5 cm; 81 x 108, 5 cm (marco). Esta obra apa­re­ce re­pro­du­ci­da en una fo­to­gra­fía que se en­cuen­tra en la pá­gi­na cin­cuen­ta del ca­tá­lo­go J.D. Ca­ne­ja. En dicha ima­gen se puede apre­cia al autor, Díaz Ca­ne­ja, aso­ma­do al es­ca­pa­ra­te de una ga­le­ría de París, en cuyo in­te­rior se puede apre­ciar la pre­sen­cia de esta pieza en con­cre­to. Afa­ma­do pai­sa­jis­ta Díaz Ca­ne­ja supo crear un es­pa­cio com­ple­ta­men­te per­so­nal en sus obras, donde los cam­pos po­seían un gran pro­ta­go­nis­mo. Una te­má­ti­ca clá­si­ca tra­ta­da desde una pers­pec­ti­va con­tem­po­rá­nea, de tin­tes cu­bis­tas. Esta obra en con­cre­to, pre­sen­ta si­mi­li­tu­des con los pai­sa­jes de 1958 y 1962, que per­te­ne­cen a la co­lec­ción del Museo y Cen­tro de Arte Reina Sofia. Juan Ma­nuel Díaz Ca­ne­ja fue un pin­tor cu­bis­ta, co­no­ci­do y apre­cia­do, sobre todo, por sus am­bien­ta­cio­nes en el pai­sa­je cas­te­llano. En 1923 co­men­zó los es­tu­dios uni­ver­si­ta­rios de ar­qui­tec­tu­ra en Ma­drid, y asis­tió a cla­ses en el ta­ller de Da­niel Váz­quez Díaz para pre­pa­rar la asig­na­tu­ra de di­bu­jo. Pron­to des­cu­bre su pa­sión, y dejó los es­tu­dios para de­di­car­se a la pin­tu­ra. Par­ti­ci­pó ac­ti­va­men­te en la vida cul­tu­ral van­guar­dis­ta, sobre todo al estar vi­vien­do en la Re­si­den­cia de Es­tu­dian­tes de la ca­pi­tal. En 1927 co­no­ció a los miem­bros de la Es­cue­la de Va­lle­cas Ben­ja­mín Pa­len­cia y Al­ber­to Sán­chez Pérez.​Vio y es­tu­dió el Cu­bis­mo de pri­me­ra mano al pasar el in­vierno del año 1929 en París. En 1930 se ins­ta­ló en Za­ra­go­za, donde com­par­tió ta­ller con Ma­nuel Co­rra­les y Gon­zá­lez Ber­nal. Un año des­pués, en Ma­drid, pu­blió con He­rre­ra Pe­re­te una re­vis­ta anar­quis­ta, da­daís­ta y su­rrea­lis­ta, lla­ma­da “En Es­pa­ña ya todo está pre­pa­ra­do para que se enamo­ren los sa­cer­do­tes”, y co­men­zó su larga lista de ex­po­si­cio­nes con la pri­me­ra in­di­vi­dual tres años des­pués. Tras co­no­cer a la que sería su com­pa­ñe­ra Isa­bel Fer­nán­dez Al­man­sa, se afi­lia al Par­ti­do Co­mu­nis­ta de Es­pa­ña, afi­lia­ción que man­ten­dría toda su vida, y se unió a la Con­fe­de­ra­ción Na­cio­nal del Trabajo.​Sirvió en el bando re­pu­bli­cano du­ran­te la Gue­rra Civil, a cuyo tér­mino vivió y tra­ba­jó en Ma­drid. Con el ob­je­ti­vo de evi­tar la cen­su­ra, tra­ba­jó como tema prin­ci­pal el del pai­sa­je, por el que sería tan co­no­ci­do. Fue de­te­ni­do y en­car­ce­la­do en 1948 por su vin­cu­la­ción con los re­pu­bli­ca­nos, pa­san­do tres años en pri­sio­nes (Ca­ra­ban­chel y Ocaña), sin dejar nunca de pin­tar. Su tra­ba­jo fue, sin em­bar­go, re­co­no­ci­do con di­ver­sos pre­mios (Pre­mio Na­cio­nal de Pin­tu­ra en 1958; Pri­me­ra Me­da­lla en la Ex­po­si­ción Na­cio­nal de Be­llas Artes de 1962; Pre­mio Na­cio­nal de Artes Plás­ti­cas de Es­pa­ña en 1980; Pre­mio Cas­ti­lla y León de las Artes en 1984) y con la crea­ción en Pa­len­cia, en el año 1995, de una fun­da­ción con su nom­bre, la cual tiene su sede en el Museo de Arte Con­tem­po­rá­neo de esta ciudad.​Su obra ha po­di­do con­tem­plar­se en Ma­drid, San­tan­der, Bil­bao, París, Co­pen­ha­gue, Za­ra­go­za, Pam­plo­na, León, Va­lla­do­lid, Roma, etc., y se con­ser­va en des­ta­ca­das co­lec­cio­nes pri­va­das de todo el mundo y en des­ta­ca­das ins­ti­tu­cio­nes (su ya men­cio­na­da fun­da­ción, el Museo Cen­tro de Arte Reina Sofía de Ma­drid, Museo Gug­gen­heim de Nueva York, Museo Patio He­rre­riano de Va­lla­do­lid, Museo de Be­llas Artes de Bil­bao, etc.).