MIGUEL MARCH (Valencia, 1633 - 1670). “Bodegón”. Óleo sobre lienzo. Adjunta un estudio Expedido por Don José Gómez Frechina. presenta repintes y restauraciones. Medidas: 94 x 124 cm. El que aquí presentamos es un bodegón netamente barroco, heredero del bodegón naturalista español de principios del siglo XVII en los aspectos cromático y lumínico, y también en cierto modo en la forma de disponer los distintos elementos, pero que revela ya un avance hacia el pleno barroco con la incorporación de animales vivos, que aportan dinamismo y narratividad, si bien nos aparecen plasmados con la violencia y la tensión propias del bodegón barroco. Así, vemos una composición clara y centrada, organizada en torno a una mesa. Los elementos aparecen sobre una superficie plana, indeterminada, de la que no vemos el perfil, a diferencia de lo que era más común en la época. Tampoco queda definido el fondo, si bien se nos permite intuir un muro oscuro, de cuyas sombras parecen surgir los objetos y animales. La ligera asimetría barroca de la composición queda determinada por la presencia, en segundo. Como es habitual en el bodegón español de la época, todos los elementos que lo componen aparecen trabajados con un gran naturalismo; la pincelada es densa, empastada y muy controlada, derivada de la influencia velazqueña, y refleja con especial verosimilitud las calidades distintas de alimentos, animales y objetos. Estas calidades quedan además realzadas por la estudiada iluminación, de herencia tenebrista, que incide directamente en los elementos que el pintor quiere destacar, dejando el resto envuelto en una matizada penumbra. Esta ilusión de realidad queda reforzada por la contrastada y expresiva iluminación, que a su vez se sustenta en un cromatismo típico del barroco naturalista, centrado en los tonos terrosos y ocres, con toques de carmín y blanco estratégicamente situados para construir un ritmo zigzagueante que guía nuestra mirada desde el primer plano hacia el fondo. La multitud de elementos, y la disparidad entre ellos fue un elemento común en los bodegones de Miguel March, de hecho, en su famosa obra El oído, se puede apreciar este interés por la amplia captación de los valores táctiles y sensoriales. Pintor barroco español nacido en Valencia, Miguel March fue hijo y discípulo de Esteban March. Afirma Orellana que, tras la muerte de su padre, marchó a Italia, donde completó su formación en la escuela de Carlo Maratta. No obstante, no se aprecia en su obra ninguna huella del maestro italiano. Siguiendo los modelos de su padre, Miguel March pintó obras con batallas y también otros géneros, entre otros el religioso y el retrato. No obstante, lo más conocido de su producción son los bodegones de caza y los cuadros de temática alegórica, que muestran igualmente su maestría como pintor de naturalezas muertas. Actualmente está representado en el Museo de Bellas Artes de Valencia, el de Játiva y en el Museo del Prado, así como en diversas colecciones particulares.
MIGUEL MARCH (Valencia, 1633 - 1670). “Bodegón”. Óleo sobre lienzo. Adjunta un estudio Expedido por Don José Gómez Frechina. presenta repintes y restauraciones. Medidas: 94 x 124 cm. El que aquí presentamos es un bodegón netamente barroco, heredero del bodegón naturalista español de principios del siglo XVII en los aspectos cromático y lumínico, y también en cierto modo en la forma de disponer los distintos elementos, pero que revela ya un avance hacia el pleno barroco con la incorporación de animales vivos, que aportan dinamismo y narratividad, si bien nos aparecen plasmados con la violencia y la tensión propias del bodegón barroco. Así, vemos una composición clara y centrada, organizada en torno a una mesa. Los elementos aparecen sobre una superficie plana, indeterminada, de la que no vemos el perfil, a diferencia de lo que era más común en la época. Tampoco queda definido el fondo, si bien se nos permite intuir un muro oscuro, de cuyas sombras parecen surgir los objetos y animales. La ligera asimetría barroca de la composición queda determinada por la presencia, en segundo. Como es habitual en el bodegón español de la época, todos los elementos que lo componen aparecen trabajados con un gran naturalismo; la pincelada es densa, empastada y muy controlada, derivada de la influencia velazqueña, y refleja con especial verosimilitud las calidades distintas de alimentos, animales y objetos. Estas calidades quedan además realzadas por la estudiada iluminación, de herencia tenebrista, que incide directamente en los elementos que el pintor quiere destacar, dejando el resto envuelto en una matizada penumbra. Esta ilusión de realidad queda reforzada por la contrastada y expresiva iluminación, que a su vez se sustenta en un cromatismo típico del barroco naturalista, centrado en los tonos terrosos y ocres, con toques de carmín y blanco estratégicamente situados para construir un ritmo zigzagueante que guía nuestra mirada desde el primer plano hacia el fondo. La multitud de elementos, y la disparidad entre ellos fue un elemento común en los bodegones de Miguel March, de hecho, en su famosa obra El oído, se puede apreciar este interés por la amplia captación de los valores táctiles y sensoriales. Pintor barroco español nacido en Valencia, Miguel March fue hijo y discípulo de Esteban March. Afirma Orellana que, tras la muerte de su padre, marchó a Italia, donde completó su formación en la escuela de Carlo Maratta. No obstante, no se aprecia en su obra ninguna huella del maestro italiano. Siguiendo los modelos de su padre, Miguel March pintó obras con batallas y también otros géneros, entre otros el religioso y el retrato. No obstante, lo más conocido de su producción son los bodegones de caza y los cuadros de temática alegórica, que muestran igualmente su maestría como pintor de naturalezas muertas. Actualmente está representado en el Museo de Bellas Artes de Valencia, el de Játiva y en el Museo del Prado, así como en diversas colecciones particulares.
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