Placa de Limoges; Francia, siglo XVI. "San Esteban" y "León I". Esmalte sobre cobre. Piedra en cabujón en el margen superior. Medidas: 14 cm (diámetro); 22 x 22 cm (marco). En sendos tondos ovales han sido representados San Esteban, con vara del martirio, y León I, con mitra y túnica papal. Propio de los esmaltes de Limoges fue la estudiada combinación tonal buscándose contrastes cromáticos, vívidos tonos y detalles saturados, todo ello enmarcado por un dibujo preciso. En torno a las figuras, se desarrollan cenefas y crecimientos vegetales. Las leyendas de "Saint Eteinne" (San Esteban) y "Leon" acompañan a los retratados. León I el Grande, quien fuera papa de la Iglesia católica desde 440 hasta 461, quien es recordado como figura que combatió, mediante la celebración de varios concilios, el maniqueísmo que desde África se había extendido por Italia, el pelagianismo que había rebrotado en Aquilea, y el priscilianismo que se mantenía en España. En cuanto a San Esteban, el episodio de su martirio (murió lapidado) ha sido recogido por importantes pintores como Annibale Carracci o Rembrandt. El esmalte de Limoges cuenta con una larga tradición que se remonta a la Edad Media, en concreto al último cuadro del siglo XII. Será el taller de esmaltes más importante de Francia, y deberá su éxito especialmente a su producción de objetos decorados con esmaltes, además de las habituales placas esmaltadas. Sus piezas medievales y renacentistas presentaban características propias como un arrastre de fondo muy superficial o un tabicado muy fino para los detalles, además de un cromatismo innovador que incluía tonos nuevos como el azul claro grisáceo o el blanco.
Placa de Limoges; Francia, siglo XVI. "San Esteban" y "León I". Esmalte sobre cobre. Piedra en cabujón en el margen superior. Medidas: 14 cm (diámetro); 22 x 22 cm (marco). En sendos tondos ovales han sido representados San Esteban, con vara del martirio, y León I, con mitra y túnica papal. Propio de los esmaltes de Limoges fue la estudiada combinación tonal buscándose contrastes cromáticos, vívidos tonos y detalles saturados, todo ello enmarcado por un dibujo preciso. En torno a las figuras, se desarrollan cenefas y crecimientos vegetales. Las leyendas de "Saint Eteinne" (San Esteban) y "Leon" acompañan a los retratados. León I el Grande, quien fuera papa de la Iglesia católica desde 440 hasta 461, quien es recordado como figura que combatió, mediante la celebración de varios concilios, el maniqueísmo que desde África se había extendido por Italia, el pelagianismo que había rebrotado en Aquilea, y el priscilianismo que se mantenía en España. En cuanto a San Esteban, el episodio de su martirio (murió lapidado) ha sido recogido por importantes pintores como Annibale Carracci o Rembrandt. El esmalte de Limoges cuenta con una larga tradición que se remonta a la Edad Media, en concreto al último cuadro del siglo XII. Será el taller de esmaltes más importante de Francia, y deberá su éxito especialmente a su producción de objetos decorados con esmaltes, además de las habituales placas esmaltadas. Sus piezas medievales y renacentistas presentaban características propias como un arrastre de fondo muy superficial o un tabicado muy fino para los detalles, además de un cromatismo innovador que incluía tonos nuevos como el azul claro grisáceo o el blanco.
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