Beschreibung:

Representación mariana de las más dulces e íntimas, pues se trata de la Virgen de la leche (María lactans). María se presenta como madre, amamantando a su hijo. Esta representación mariana, tuvo gran difusión en la Edad Media, y más llegado el Renacimiento. Alejado ya de los rígidos y severos cánones del Románico, es en el Gótico, cuando la Virgen María adquiere su pleno protagonismo, esculpida sobre todo con el Niño. Se la representa, como en este caso como una joven Virgen - Madre, idealizada, de dulce expresión, sonriente, sosteniendo amorosamente el Niño Jesús en sus brazos, mostrando una gran humanización. El Niño Jesús, además de haberse desplazado desde el centro hacia la izquierda, se encuentra sobre la falda de su madre, y amoroso, se abraza a ella con ambas manos mientras dirige su mirada hacia sus ojos. La Virgen sentada en su trono de gloria, es a su vez trono para su hijo, pero ha desaparecido toda solemnidad y, en nuestro caso, el trono y la corona son los únicos vestigios de la representación en Majestad. Ni María ni Jesús miran al frente, ni bendicen, ni sostienen un orbe en alguna de sus manos, la representación es verdaderamente la de una madre y su hijo absortos el uno en el otro. A partir de mediados del siglo XIV, la vía del sentimiento fue la elegida para transmitir al pueblo la espiritualidad y los dogmas de fe, y no por el miedo que las severas imágenes de épocas anteriores transmitían. Los artistas empiezan a dotar de mayor sentimiento a los personajes religiosos, bien para mostrar el sufrimiento padecido por Jesús, bien para mostrarnos a la Virgen como una madre con su hijo. María, se presenta en nuestra imagen, joven y bella, tocada por un corto velo y coronada. Viste túnica ceñida por un cinto y un manto que cae por detrás de sus hombros hasta el suelo, formando preciosos pliegues góticos. Un delicado collar de cuentas negras con un pinjante rojo, adorna su cuello. 59 x 22,5 x 17,5 cm.