Beschreibung:

Es­cue­la eu­ro­pea; me­dia­dos del siglo XIX. “Es­ce­na his­to­ri­cis­ta”. Óleo sobre car­tón. Me­di­das: 31 x 51 cm; 45 x 64 cm (marco). La com­po­si­ción de esta es­ce­na nos in­di­ca que se tra­ta­ba de una obra des­ti­na­da a una zona ar­qui­tec­tó­ni­ca, ya que la parte mues­tra áreas en las es­qui­nas que re­crean la forma de un lu­ne­to, por lo que pro­ba­ble­men­te fuese des­ti­na­do a un din­tel. La flui­dez de la pin­ce­la­da es­bo­za­da tam­bién puede in­di­car que se trata de un bo­ce­to pre­pa­ra­to­rio, como ejer­ci­cio com­po­si­ti­vo de una obra de ma­yo­res di­men­sio­nes. En cuan­to al tema, en el cen­tro de la es­ce­na se puede apre­ciar a una mujer que sos­tie­ne un bebe sobre una es­ca­le­ra en las que des­ta­ca un hom­bre arro­di­lla­do y su­frien­te. En el cen­tro, si­tua­do entre una gran mul­ti­tud, se puede apre­ciar a un rey en ac­ti­tud regia. El mo­vi­mien­to, el uso de co­lo­res y la mul­ti­tud de per­so­na­jes apor­tan un gran dra­ma­tis­mo a la es­ce­na que se acen­túa con la pre­sen­cia de la ho­gue­ra, a la que ha sido con­de­na­da la mujer pro­ta­go­nis­ta. Es pro­ba­ble que se trate de la re­pre­sen­ta­ción de Lan­ce­lot, Gi­ne­bra y el Rey Ar­tu­ro. Este tipo de es­ce­nas fue­ron un re­cur­so muy común te­má­ti­ca­men­te du­ran­te esta época. Las in­cur­sio­nes his­to­ri­cis­tas en un pri­mer mo­men­to se ins­pi­ra­ban en es­ce­nas de la his­to­ria cris­tia­na, es­ce­nas de la mi­to­lo­gía o de la antigüedad clá­si­ca, sin em­bar­go, en este caso la es­ce­na esta cap­ta­da desde un punto de vista rea­lis­ta a pesar de la pin­ce­la­da, el autor ha con­ce­bi­do la obra como si de un ele­men­to do­cu­men­tal se tra­ta­se, pre­sen­tán­do­se a sí mismo como un tes­ti­go de los acon­te­ci­mien­tos. La pin­tu­ra de his­to­ria se con­si­de­ró tra­di­cio­nal­men­te como el gé­ne­ro más im­por­tan­te. Esta pre­emi­nen­cia se ex­pli­ca­ba de­bi­do a un con­cep­to de­ter­mi­na­do de que el arte tenía que pro­po­ner ejem­plos no­bles y ve­ro­sí­mi­les. Por ello se de­fen­día la su­pe­rio­ri­dad de aque­llas obras ar­tís­ti­cas en las que lo na­rra­do se con­si­de­ra­ba ele­va­do o noble sue­len ser pie­zas na­rra­ti­vas sin em­bar­go en este caso como se ha co­men­ta­do, el autor no busca na­rrar una his­to­ria, sino más bien mos­trar el gesto de la ac­ción, el caos y el mo­vi­mien­to pro­pios de una ba­ta­lla bé­li­ca.