ZACARIAS GONZÁLEZ VELÁZQUEZ (Madrid, 1763 – 1863) “Anunciación”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta leves repintes. Conserva marco siguiendo modelos estilo Carlos IV. Medidas: 17 x 21 cm; 26,5 x 30,5 cm (marco). La escena se sitúa en un interior privado, como se puede deducir por la presencia del mobiliario, la silla y el atril que precede la virgen, aunque dicho interior se funde con un rompimiento de gloria en la zona superior del lienzo. La obra presenta cierta influencia de modelos barrocos, a pesar de tratarse de una obra realizada en época posterior. Las dos figuras, a gran tamaño, se sitúan en primer término: el Arcángel Gabriel, cuyas vestiduras aparecen movidas por el viento para sugerir que se encuentra volando, eleva una de sus manos en dirección al cielo y señala hacia la paloma el Espíritu Santo, que aparece envuelta en luz, junto a la figura de Dios Padre. María, vestida con una túnica rosa y un manto en tono azul oscuro, inclina levemente la cabeza con humildad y entrelaza sus manos contra el pecho, unos gestos que definen su intención de aceptar el mensaje que le está trasmitiendo el arancel. A su lado, una mesa baja con un libro en el que apoya sus manos hace referencia a la instrucción que la Virgen habría recibido. Cabe citar que el arcángel porta varias flores de color blanco, en concreto un ramo de lirios, alusivos a la pureza de la Virgen y que son uno de los atributos iconográficos más habituales en la representación de esta escena. Hijo, hermano, cuñado y padre de pintores, Zacarías González Velázquez desarrolló una carrera íntimamente ligada a la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que llegaría a ser director general en 1828. La influencia de los artistas de su familia y la de la Academia serán, junto a su carrera cortesana, los dos factores clave en el desarrollo de su vida y su obra. Zacarías entró a formar parte de la Academia de San Fernando en 1777, de la mano de su padre. Ese año inicia su formación, y al siguiente obtiene ya el primer premio de la segunda clase de pintura. Sus estudios, plagados de éxitos, concluyen en 1782, y desde entonces el pintor aceptará toda una serie de encargos particulares, entre ellos la serie de pinturas de la vida de San Francisco, realizadas en 1787 para la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid. La década de los años ochenta fue para Zacarías González Velázquez un periodo de intenso trabajo, que culminó con su nombramiento como académico de San Fernando en 1790. Posteriormente será designado profesor ayudante, cargo que ejerció entre 1793 y 1807. Durante estos años de plenitud logró el cargo de Pintor de Cámara Honorario, en 1801, y al año siguiente el de Pinto de Cámara Numerario. Para entonces había realizado ya sus más importantes obras al fresco, entre ellas las de la Capilla de San Isidro en Madrid (1789) y del Real oratorio del Caballero de Gracia en la misma ciudad (1792). Ya en los primeros años del siglo XIX realizará los frescos de la Casa del Labrador del Escorial y del Cuarto del Rey en el Palacio de Aranjuez. También llevó a cabo importantes encargos de tema religioso, así como retratos de su familia y de él mismo, de la familia real y de algunos de los caballeros más distinguidos de la época. En 1807 es nombrado es nombrado teniente director de pintura de San Fernando, si bien su ascendiente carrera en la Academia se verá paralizada por la invasión francesa y la Guerra de Independencia. Durante este periodo Zacarías González Velázquez permanecerá en Madrid, incorporándose a los Pintores de Cá
ZACARIAS GONZÁLEZ VELÁZQUEZ (Madrid, 1763 – 1863) “Anunciación”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta leves repintes. Conserva marco siguiendo modelos estilo Carlos IV. Medidas: 17 x 21 cm; 26,5 x 30,5 cm (marco). La escena se sitúa en un interior privado, como se puede deducir por la presencia del mobiliario, la silla y el atril que precede la virgen, aunque dicho interior se funde con un rompimiento de gloria en la zona superior del lienzo. La obra presenta cierta influencia de modelos barrocos, a pesar de tratarse de una obra realizada en época posterior. Las dos figuras, a gran tamaño, se sitúan en primer término: el Arcángel Gabriel, cuyas vestiduras aparecen movidas por el viento para sugerir que se encuentra volando, eleva una de sus manos en dirección al cielo y señala hacia la paloma el Espíritu Santo, que aparece envuelta en luz, junto a la figura de Dios Padre. María, vestida con una túnica rosa y un manto en tono azul oscuro, inclina levemente la cabeza con humildad y entrelaza sus manos contra el pecho, unos gestos que definen su intención de aceptar el mensaje que le está trasmitiendo el arancel. A su lado, una mesa baja con un libro en el que apoya sus manos hace referencia a la instrucción que la Virgen habría recibido. Cabe citar que el arcángel porta varias flores de color blanco, en concreto un ramo de lirios, alusivos a la pureza de la Virgen y que son uno de los atributos iconográficos más habituales en la representación de esta escena. Hijo, hermano, cuñado y padre de pintores, Zacarías González Velázquez desarrolló una carrera íntimamente ligada a la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que llegaría a ser director general en 1828. La influencia de los artistas de su familia y la de la Academia serán, junto a su carrera cortesana, los dos factores clave en el desarrollo de su vida y su obra. Zacarías entró a formar parte de la Academia de San Fernando en 1777, de la mano de su padre. Ese año inicia su formación, y al siguiente obtiene ya el primer premio de la segunda clase de pintura. Sus estudios, plagados de éxitos, concluyen en 1782, y desde entonces el pintor aceptará toda una serie de encargos particulares, entre ellos la serie de pinturas de la vida de San Francisco, realizadas en 1787 para la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid. La década de los años ochenta fue para Zacarías González Velázquez un periodo de intenso trabajo, que culminó con su nombramiento como académico de San Fernando en 1790. Posteriormente será designado profesor ayudante, cargo que ejerció entre 1793 y 1807. Durante estos años de plenitud logró el cargo de Pintor de Cámara Honorario, en 1801, y al año siguiente el de Pinto de Cámara Numerario. Para entonces había realizado ya sus más importantes obras al fresco, entre ellas las de la Capilla de San Isidro en Madrid (1789) y del Real oratorio del Caballero de Gracia en la misma ciudad (1792). Ya en los primeros años del siglo XIX realizará los frescos de la Casa del Labrador del Escorial y del Cuarto del Rey en el Palacio de Aranjuez. También llevó a cabo importantes encargos de tema religioso, así como retratos de su familia y de él mismo, de la familia real y de algunos de los caballeros más distinguidos de la época. En 1807 es nombrado es nombrado teniente director de pintura de San Fernando, si bien su ascendiente carrera en la Academia se verá paralizada por la invasión francesa y la Guerra de Independencia. Durante este periodo Zacarías González Velázquez permanecerá en Madrid, incorporándose a los Pintores de Cá
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