Escuela española de la segunda mitad del siglo XIX. Siguiendo modelos de Bartolomé Esteban Murillo, "El buen Pastor". Óleo sobre lienzo. Marco del siglo XIX. Medidas: 125 x 103 cm., 145 x 125 cm. (marco). Siguiendo modelos de Bartolomé Esteban Murillo, copia del original del Museo del Prado. Murillo ha pasado a la historia como uno de los grandes pintores de temas infantiles, y ello no sólo por sus famosas escenas costumbristas protagonizadas por niños, sino también por representaciones como ésta, en la que aparece el Niño Jesús en la metáfora bíblica del buen pastor que apacienta y cuida de sus ovejas. Se trata de un tipo de imágenes de gran éxito entre la sociedad sevillana de la época, y cuya eficacia devocional se ha mantenido intacta a través de los siglos. En este tipo de obras, que en muchos casos iban destinadas al culto privado, su autor se muestra como un verdadero maestro a la hora de conjugar un estilo sabio y delicado con un contenido amable y dulce. Sin embargo, dueño como era de un poderoso sentido de la composición, las dota de notable monumentalidad y equilibrio. Las ruinas de arquitectura que aparecen al fondo, tienen un doble sentido. Por una parte se enmarcan dentro de una tradición virgiliana que se manifiesta en literatura y artes plásticas y que gusta mucho de la imagen del pastor entre los restos caídos de un pasado esplendoroso. Por otra, la iconografía cristiana utilizó frecuentemente la referencia a ruinas clásicas como símbolo del paganismo vencido. El estudio del colorido, en el que predominan las gamas frías,llevó a fechar esta obra en torno a 1660, la cual se encuentra hoy en el Mueo del Prado. A partir de ese momento, seguidores de Murillo y diferentes artistas representarán esta obra copiando la compsoción que utiliza Murillo en este Buen Pastor.
Escuela española de la segunda mitad del siglo XIX. Siguiendo modelos de Bartolomé Esteban Murillo, "El buen Pastor". Óleo sobre lienzo. Marco del siglo XIX. Medidas: 125 x 103 cm., 145 x 125 cm. (marco). Siguiendo modelos de Bartolomé Esteban Murillo, copia del original del Museo del Prado. Murillo ha pasado a la historia como uno de los grandes pintores de temas infantiles, y ello no sólo por sus famosas escenas costumbristas protagonizadas por niños, sino también por representaciones como ésta, en la que aparece el Niño Jesús en la metáfora bíblica del buen pastor que apacienta y cuida de sus ovejas. Se trata de un tipo de imágenes de gran éxito entre la sociedad sevillana de la época, y cuya eficacia devocional se ha mantenido intacta a través de los siglos. En este tipo de obras, que en muchos casos iban destinadas al culto privado, su autor se muestra como un verdadero maestro a la hora de conjugar un estilo sabio y delicado con un contenido amable y dulce. Sin embargo, dueño como era de un poderoso sentido de la composición, las dota de notable monumentalidad y equilibrio. Las ruinas de arquitectura que aparecen al fondo, tienen un doble sentido. Por una parte se enmarcan dentro de una tradición virgiliana que se manifiesta en literatura y artes plásticas y que gusta mucho de la imagen del pastor entre los restos caídos de un pasado esplendoroso. Por otra, la iconografía cristiana utilizó frecuentemente la referencia a ruinas clásicas como símbolo del paganismo vencido. El estudio del colorido, en el que predominan las gamas frías,llevó a fechar esta obra en torno a 1660, la cual se encuentra hoy en el Mueo del Prado. A partir de ese momento, seguidores de Murillo y diferentes artistas representarán esta obra copiando la compsoción que utiliza Murillo en este Buen Pastor.
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