La Virgen, sentada en su trono, en este caso una silla tipo Savonarola, acoge al Niño en su regazo, mientras le ayuda a sostener abierto el Libro de las Sagradas Escrituras. Viste ricos ropajes, y le cubre un manto azul bordado de estrellas, que cae hasta sus pies, formando multitud de pliegues góticos, y cierra en el pecho con dos broches de orfebrería. Su rostro sereno y bello, está enmarcado por dos largos mechones de pelo ondulado. Destaca el virtuosismo del escultor, en la delicada ejecución de las manos, los rostros, y el elaborado trabajo de los ropajes. Se trata sin duda, de un magnífico ejemplo de la imaginería burgalesa. Respecto al maestro de la Buena Mañana, en los últimos tiempos, historiadores de arte, entre los que destacaría Dña. Mª Jesús Gómez Bárcena, han sugerido la existencia de un Maestro, que hubiera sido el autor de algunas obras, en un principio atribuidas a Gil de Siloé como el retablo de la Virgen de la Capilla de la Buena Mañana, en la Iglesia de San Gil en Burgos. Pudiera ser como cita la profesora Gómez Bárcena "..uno de los mejores colaboradores o ayudantes pertenecientes a su taller..un hábil y notable escultor, que sin duda alguna conoció y se formó en el estilo peculiar del gran Maestro Gil de Siloé". Denominando así al artista como el maestro de la Buen Mañana, por ser el autor de dicho retablo. La Virgen que presentamos, tiene sin duda semejanzas con las esculturas burgalesas de dichos talleres, por lo que la situamos como posible obra del círculo del referido Maestro. 99 x 36 x 30 cm.
La Virgen, sentada en su trono, en este caso una silla tipo Savonarola, acoge al Niño en su regazo, mientras le ayuda a sostener abierto el Libro de las Sagradas Escrituras. Viste ricos ropajes, y le cubre un manto azul bordado de estrellas, que cae hasta sus pies, formando multitud de pliegues góticos, y cierra en el pecho con dos broches de orfebrería. Su rostro sereno y bello, está enmarcado por dos largos mechones de pelo ondulado. Destaca el virtuosismo del escultor, en la delicada ejecución de las manos, los rostros, y el elaborado trabajo de los ropajes. Se trata sin duda, de un magnífico ejemplo de la imaginería burgalesa. Respecto al maestro de la Buena Mañana, en los últimos tiempos, historiadores de arte, entre los que destacaría Dña. Mª Jesús Gómez Bárcena, han sugerido la existencia de un Maestro, que hubiera sido el autor de algunas obras, en un principio atribuidas a Gil de Siloé como el retablo de la Virgen de la Capilla de la Buena Mañana, en la Iglesia de San Gil en Burgos. Pudiera ser como cita la profesora Gómez Bárcena "..uno de los mejores colaboradores o ayudantes pertenecientes a su taller..un hábil y notable escultor, que sin duda alguna conoció y se formó en el estilo peculiar del gran Maestro Gil de Siloé". Denominando así al artista como el maestro de la Buen Mañana, por ser el autor de dicho retablo. La Virgen que presentamos, tiene sin duda semejanzas con las esculturas burgalesas de dichos talleres, por lo que la situamos como posible obra del círculo del referido Maestro. 99 x 36 x 30 cm.
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