JOSE MONGRELL TORRENT (Valencia, 1870 – Barcelona, 1937). “Debajo de la parra” y “Retrato de dama” pintado al dorso. Óleo sobre lienzo. Firmado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 55 x 70 cm; 82 x 96 cm (marco). En esta pieza el autor nos presenta dos imágenes distintas que tienen el común una temática centrada en el retrato de una mujer. Destacando así el interés por lo femenino y por la intimidad al situar a ambas mujeres en soledad. Las dos se encuentran retratadas en tres cuartos con una pincelada suelta de carácter lumínico y brillante. Sin embargo una de ellas habita en un exterior dominado por la profusión vegetal de la parra, mientras que la otra se dispone sobre un fondo neutro, que potencia su figura y le otorga un gran protagonismo. Aunque cabe citar que en este último retrato el juego de luces y sombras no es tan rico en matices como en el caso del paisaje. José Mongrell estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde fue discípulo de Ignacio Pinazo y Joaquín Sorolla. Fue obteniendo renombre artístico gracias a su participación en numerosos concursos y exposiciones en Madrid y Barcelona. En 1897 realiza, con gran éxito, el cartel taurino para la Feria de San Jaime de Valencia, y de hecho su cartel de la Feria de Julio de Valencia de 1912 fue reeditado en 1971 con ocasión del centenario de estas fiestas. Obtuvo plaza de profesor en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona, donde residió el resto de su vida. De este periodo destaca la obra que realizó para el Palacio de la Generalitat de Cataluña, por en cargo de la Diputación de Barcelona, así como su retrato del rey Alfonso XIII. También realizó mosaicos de estilo modernista, como los del gran arco del Mercado de Colón y de la fachada de la Estación del Norte, ambos en Barcelona. Mongrell se dedicó al género costumbrista, al retrato y al paisaje, y fue un maestro de la captación del instante, logrando que sus escenas adquirieran vitalidad y dinamismo, a través de colores y luces brillantes y naturalistas. Tradicionalmente encasillado como discípulo de Sorolla, sin embargo Mongrell sólo aprendió del maestro aquello que le sirvió para extender su arte. El pintor desarrolló su obra a caballo entre el regionalismo y el modernismo, pero en su obra se aprecia también un cierto simbolismo de influencia francesa. De hecho, Mongrell se caracterizó por poner el acento en el contenido, atribuyendo a la imagen un significado que va más allá de la pura apariencia. En una época en la que triunfaban las grandes composiciones históricas, ideales y dramáticas, este pintor desarrolló una pintura preocupada por plasmar el pasado y el presente desde una perspectiva cotidiana, amable y pintoresca, ajena por lo general a la grandilocuencia y teatralidad de la pintura de historia académica. Pese a su dominio técnico, Mongrell no cayó como otros en un refinado manierismo al servicio de una temática intrascendente, sino que desarrolló un lenguaje plenamente personal, caracterizado por su dinamismo y su libertad expresiva. Actualmente, José Mongrell está representado en el Museo de Bellas Artes San Pío V y el Nacional de Cerámica y de Artes Suntuarias González Martí de Valencia, los de Bellas Artes de Asturias, Badajoz y Pontevedra, el Nacional de Arte de Cataluña, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Museo de La Habana y el de Bellas Artes de Buenos Aires, entre otros.
JOSE MONGRELL TORRENT (Valencia, 1870 – Barcelona, 1937). “Debajo de la parra” y “Retrato de dama” pintado al dorso. Óleo sobre lienzo. Firmado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 55 x 70 cm; 82 x 96 cm (marco). En esta pieza el autor nos presenta dos imágenes distintas que tienen el común una temática centrada en el retrato de una mujer. Destacando así el interés por lo femenino y por la intimidad al situar a ambas mujeres en soledad. Las dos se encuentran retratadas en tres cuartos con una pincelada suelta de carácter lumínico y brillante. Sin embargo una de ellas habita en un exterior dominado por la profusión vegetal de la parra, mientras que la otra se dispone sobre un fondo neutro, que potencia su figura y le otorga un gran protagonismo. Aunque cabe citar que en este último retrato el juego de luces y sombras no es tan rico en matices como en el caso del paisaje. José Mongrell estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde fue discípulo de Ignacio Pinazo y Joaquín Sorolla. Fue obteniendo renombre artístico gracias a su participación en numerosos concursos y exposiciones en Madrid y Barcelona. En 1897 realiza, con gran éxito, el cartel taurino para la Feria de San Jaime de Valencia, y de hecho su cartel de la Feria de Julio de Valencia de 1912 fue reeditado en 1971 con ocasión del centenario de estas fiestas. Obtuvo plaza de profesor en la Escuela de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona, donde residió el resto de su vida. De este periodo destaca la obra que realizó para el Palacio de la Generalitat de Cataluña, por en cargo de la Diputación de Barcelona, así como su retrato del rey Alfonso XIII. También realizó mosaicos de estilo modernista, como los del gran arco del Mercado de Colón y de la fachada de la Estación del Norte, ambos en Barcelona. Mongrell se dedicó al género costumbrista, al retrato y al paisaje, y fue un maestro de la captación del instante, logrando que sus escenas adquirieran vitalidad y dinamismo, a través de colores y luces brillantes y naturalistas. Tradicionalmente encasillado como discípulo de Sorolla, sin embargo Mongrell sólo aprendió del maestro aquello que le sirvió para extender su arte. El pintor desarrolló su obra a caballo entre el regionalismo y el modernismo, pero en su obra se aprecia también un cierto simbolismo de influencia francesa. De hecho, Mongrell se caracterizó por poner el acento en el contenido, atribuyendo a la imagen un significado que va más allá de la pura apariencia. En una época en la que triunfaban las grandes composiciones históricas, ideales y dramáticas, este pintor desarrolló una pintura preocupada por plasmar el pasado y el presente desde una perspectiva cotidiana, amable y pintoresca, ajena por lo general a la grandilocuencia y teatralidad de la pintura de historia académica. Pese a su dominio técnico, Mongrell no cayó como otros en un refinado manierismo al servicio de una temática intrascendente, sino que desarrolló un lenguaje plenamente personal, caracterizado por su dinamismo y su libertad expresiva. Actualmente, José Mongrell está representado en el Museo de Bellas Artes San Pío V y el Nacional de Cerámica y de Artes Suntuarias González Martí de Valencia, los de Bellas Artes de Asturias, Badajoz y Pontevedra, el Nacional de Arte de Cataluña, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Museo de La Habana y el de Bellas Artes de Buenos Aires, entre otros.
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