JUAN SOREDA (España, 1506-1537). "Virgen con Niño Jesús, Santa Isabel y San Juanito". Óleo sobre tabla. Adjunta un estudio de José Gómez Frechina. Marco español del s.XVII. Medidas: 65 x 51,5 cm. ; 85,5 x 72 cm.(marco). Siguiendo el estudio llevado a cabo por el historiador José Gómez Frechina, cotejando su investigación con nutrida bibliografía, podemos afirmar que estamos ante una obra autógrafa e inédita de Juan Soreda. En esta pintura devocional, se representa a la Virgen con el Niño Jesús, Santa Isabel y San Juanito, ofreciendo las características de estilo más personales del pintor. Guarda estrechos vínculos formales con el retablo de Santa Librada de la catedral de Sigüenza, del mismo autor, por lo que se sugiere una datación de esta obra a fines de los años veinte, es decir en la fase madura de su producción. La Virgen sostiene en sus brazos al Niño desnudo que dirige su mirada a San Juanito, que porta una cruz de caña y se dispone a besar de forma cariñosa el pie del Divino Infante. En un plano más retirado su madre Santa Isabel, caracterizada como una mujer de rostro ajado y anguloso, cubre con una toca sus cabellos. Imprime un carácter intimista para efigiar a las divinas figuras, que ocupan todo el cuadro, abordando con exquisitez la caracterización de los afectos con gestos y miradas. A nivel técnico cabe subrayar la gradación tonal y las veladuras que sugieren intensos contrastes lumínicos. La pintura tiene cierto eco leonardesco que quizá responda al conocimiento de Soreda de la obra de Yáñez de la Almedina. Gómez Frechina señala la similitud estilística entre la cabeza de Santa Isabel y la de la Virgen en la tabla de Soreda de “Santo Tomás recibiendo el cíngulo de la Virgen” del monasterio de Santa María de Huerta (Soria). El arranque historiográfico que da luz propia sobre la actividad pictórica de Juan Soreda se retrotrae a 1899 cuando Manuel Pérez Villamil dio a conocer este pintor -aunque con el nombre incorrecto de Juan Pereda- en su publicación “Estudios de Historia y Arte: la catedral de Sigüenza, erigida en el siglo XII”. Soreda estuvo activo en un importante obrador en la diócesis de Sigüenza y a fines de su vida habitó en El Burgo de Osma, y donde se conserva una Virgen con el Niño suya en el museo catedralicio oxomense. En la configuración del universo pictórico de Soreda se deja entrever débitos con la obra de Juan de Borgoña y la pintura hispanoflamenca del ámbito toledano, cierto conocimiento de las novedades pictóricas procedentes de Italia, el análisis de obras de Fernando Yáñez de la Almedina y el uso de estampas rafaelescas en algunas de sus composiciones. El mecenazgo del obispo Fadrique de Portugal en Sigüenza quedó de manifiesto en el retablo de Santa Librada de Soreda que acometió su trabajo pictórico sin testimonios iconográficos previos con pasajes de la vida de la santa hispana. Otra obras adscritas por la crítica a Juan Soreda son una Virgen con el Niño del museo catedralicio de El Burgo de Osma, una temprana Virgen con el Niño del Musée des Beaux-Arts de Dijon; algunas pinturas del retablo mayor de la iglesia parroquial de San Pelayo de Olivares de Duero, tres pinturas del monasterio de Santa María de Huerta (Soria), o los Profetas y Sibilas de Santa María del Rey en Atienza. La tabla de la Virgen con el Niño Jesús, Santa Isabel y San Juanito que nos ocupa constituye la novedad más reciente e importante por su calidad y belleza al corpus sorediano. Su obra se ha puesto en valor en las últimas décadas, a partir de la documentación de arc
JUAN SOREDA (España, 1506-1537). "Virgen con Niño Jesús, Santa Isabel y San Juanito". Óleo sobre tabla. Adjunta un estudio de José Gómez Frechina. Marco español del s.XVII. Medidas: 65 x 51,5 cm. ; 85,5 x 72 cm.(marco). Siguiendo el estudio llevado a cabo por el historiador José Gómez Frechina, cotejando su investigación con nutrida bibliografía, podemos afirmar que estamos ante una obra autógrafa e inédita de Juan Soreda. En esta pintura devocional, se representa a la Virgen con el Niño Jesús, Santa Isabel y San Juanito, ofreciendo las características de estilo más personales del pintor. Guarda estrechos vínculos formales con el retablo de Santa Librada de la catedral de Sigüenza, del mismo autor, por lo que se sugiere una datación de esta obra a fines de los años veinte, es decir en la fase madura de su producción. La Virgen sostiene en sus brazos al Niño desnudo que dirige su mirada a San Juanito, que porta una cruz de caña y se dispone a besar de forma cariñosa el pie del Divino Infante. En un plano más retirado su madre Santa Isabel, caracterizada como una mujer de rostro ajado y anguloso, cubre con una toca sus cabellos. Imprime un carácter intimista para efigiar a las divinas figuras, que ocupan todo el cuadro, abordando con exquisitez la caracterización de los afectos con gestos y miradas. A nivel técnico cabe subrayar la gradación tonal y las veladuras que sugieren intensos contrastes lumínicos. La pintura tiene cierto eco leonardesco que quizá responda al conocimiento de Soreda de la obra de Yáñez de la Almedina. Gómez Frechina señala la similitud estilística entre la cabeza de Santa Isabel y la de la Virgen en la tabla de Soreda de “Santo Tomás recibiendo el cíngulo de la Virgen” del monasterio de Santa María de Huerta (Soria). El arranque historiográfico que da luz propia sobre la actividad pictórica de Juan Soreda se retrotrae a 1899 cuando Manuel Pérez Villamil dio a conocer este pintor -aunque con el nombre incorrecto de Juan Pereda- en su publicación “Estudios de Historia y Arte: la catedral de Sigüenza, erigida en el siglo XII”. Soreda estuvo activo en un importante obrador en la diócesis de Sigüenza y a fines de su vida habitó en El Burgo de Osma, y donde se conserva una Virgen con el Niño suya en el museo catedralicio oxomense. En la configuración del universo pictórico de Soreda se deja entrever débitos con la obra de Juan de Borgoña y la pintura hispanoflamenca del ámbito toledano, cierto conocimiento de las novedades pictóricas procedentes de Italia, el análisis de obras de Fernando Yáñez de la Almedina y el uso de estampas rafaelescas en algunas de sus composiciones. El mecenazgo del obispo Fadrique de Portugal en Sigüenza quedó de manifiesto en el retablo de Santa Librada de Soreda que acometió su trabajo pictórico sin testimonios iconográficos previos con pasajes de la vida de la santa hispana. Otra obras adscritas por la crítica a Juan Soreda son una Virgen con el Niño del museo catedralicio de El Burgo de Osma, una temprana Virgen con el Niño del Musée des Beaux-Arts de Dijon; algunas pinturas del retablo mayor de la iglesia parroquial de San Pelayo de Olivares de Duero, tres pinturas del monasterio de Santa María de Huerta (Soria), o los Profetas y Sibilas de Santa María del Rey en Atienza. La tabla de la Virgen con el Niño Jesús, Santa Isabel y San Juanito que nos ocupa constituye la novedad más reciente e importante por su calidad y belleza al corpus sorediano. Su obra se ha puesto en valor en las últimas décadas, a partir de la documentación de arc
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