Beschreibung:

93 x 30 x 26,5 cm. De tierras nórdicas debe proceder esta interesantísima escultura en madera policromada que representa a San Juan Bautista según una de sus iconografías más habituales, esto es, señalando al Agnus Dei. El santo figura de pie, dirigiendo el dedo índice de su mano derecha hacia el Cordero de Dios que reposa sobre el libro que porta en su mano izquierda. Contra lo que suele acaecer en el Barroco, que es representarle únicamente vestido con el sayo de piel de camello -o a lo sumo, además, con un manto cayendo sobre el hombro-, el anónimo escultor gótico nos presenta al Bautista vestido con unos lujosos ropajes, ricamente policromados y dorados, y también con el referido sayo realizado con la piel del exótico animal, cuya cabeza puede verse junto a los pies del santo, detalle anecdótico que incrementa el interés intrínseco de la pieza. El anónimo escultor de procedencia nórdica que labró esta pieza presenta un estilo cercano al de Alejo de Vahía (ca.1450-ca.1515), quizás el maestro castellano gotizante más importante de la Tierra de Campos -comarca que abarca territorios de las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora y León-, si bien muchos de sus rasgos estilísticos son comunes a otros escultores procedentes del norte de Europa. Estamos hablando, por ejemplo, del notable envaramiento que presenta su cuerpo o del convencionalismo en la expresión de su rostro que llega a simular una mueca. Lo que más le acerca a Vahía, cuyo estilo presenta una serie de rasgos estilísticos presentes en los talleres de Limburgo, Bajo Rhin y Westfalia, son la anatomía esquematizada, los largos y huesudos dedos, la cabeza ovalada, la forma de disponer el cabello y la barba a través de grandes bucles y mechones simétricos ondulados y entrelazados, los ojos caídos hacia los lados, la nariz afilada o la boca recta con labios finos. También existen ciertas concomitancias en la forma de tratar los pliegues de los vestidos, a base de plegados trapezoidales y suaves dobleces que otorgan a la pieza cierta dureza y aspecto geométrico. Precisamente, a Alejo de Vahía se le atribuyen cinco imágenes con ciertas similitudes con respecto a la que presentamos. Se trata de las conservadas en el Museu Frederic Marès de Barcelona -quizás se traté del documentado que ejecutó para el retablo mayor de la catedral de Palencia-, en la Colección Gómez Moreno de Granada, en la iglesia de Santa María de Castromocho (Palencia), en la sede de la Cofradía Penitencial del Santo Sepulcro de Palencia, y en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid -procedente de la iglesia de Santa María de la localidad vallisoletana de Bolaños de Campos-. En definitiva, se trata de una pieza de gran calidad de talla que bien pudo ser ejecutada por algún maestro del entorno más inmediato de Alejo de Vahía Agradecemos a D. Javier Baladrón, doctor en Historia del Arte, por la identificación y catalogación de esta obra.