Taller de BLAS DE LEDESMA (Documentado en Granada entre 1602 y 1614); primera mitad del siglo XVII. “Bodegón”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta repintes y desperfectos. Medidas: 77 x 105,5 cm; 91 x 121,5 cm (marco). Bodegón barroco de composición simétrica, que destaca por la abundancia de alimentos y animales que se presentan sobre la mesa. Los elementos se disponen a varias alturas, creando así una imagen compleja, pero a su vez muy visual. El bodegón en España fue uno de los géneros más característicos y, por sus especiales particularidades, se diferencia claramente de este mismo tema en talleres del resto de Europa. El término apareció ya a finales del siglo XVI, y destaca en esta escuela por su austeridad, en claro contraste con la suntuosidad flamenca, aunque contando con una serie de influencias de ésta y de la escuela italiana. Las obras de Sánchez Cotán alcanzó tal éxito que su estilo contó con numerosos seguidores (Juan de Espinosa, Antonio Ponce, Juan van der Hamen y León etc.). En este contexto, la escuela sevillana aportó sus propias particularidades, gracias, sobre todo a Velázquez y Zurbarán. Blas de Ledesma fue uno de los primeros artistas españoles en cultivar el bodegón. Aunque se trata de un artista muy poco documentado, del que sólo se conserva una obra firmada, sí sabemos que en 1602 se encuentra en Granada, trabajando junto a Pedro de Raxis en las pinturas de la cúpula que corona la escalera imperial del Monasterio de Santa Cruz la Real. De hecho, Pacheco lo menciona elogiosamente como pintor mural en su “Arte de la Pintura”, y lo cita junto a Pedro de Raxis y Antonio Mohedano como seguidor de Giulio Aquili y Alejandro Mayner, introductores de los grutescos en el Palacio de La Alhambra. En 1614 lo encontramos documentado de nuevo en Granada, dibujando una bóveda de yeso para la sala de los Mocárabes de La Alhambra. También se le cita en trabajando en la catedral junto a Miguel Cano. Nada más sabemos de su vida hasta enero de 1616, cuando la Hermandad del Corpus Christi, a la que pertenecía, celebra una misa por su alma, hecho del cual se deduce que debió fallecer a finales de 1615 o principios del año siguiente. También sabemos, sin embargo, que fue reconocido como pintor de fruteros, tal y como atestigua Pedro Soto de Rojas, quien le dedicó unos versos comparándolo con Zeuxis en su “Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos”, de 1652. A día de hoy sólo conocemos una obra firmada por él y con seguridad puede atribuírsele, el “Bodegón de cerezas” del High Museum of Art de Atlanta (EE.UU.). Se trata de un bodegón que evidencia el conocimiento de Juan Sánchez Cotán (presente en Granada desde 1604), caracterizado por una composición rigurosamente geométrica, con los objetos sobre una mesa ante un fondo negro, minuciosamente trabajados con gran detalle.
Taller de BLAS DE LEDESMA (Documentado en Granada entre 1602 y 1614); primera mitad del siglo XVII. “Bodegón”. Óleo sobre lienzo. Reentelado. Presenta repintes y desperfectos. Medidas: 77 x 105,5 cm; 91 x 121,5 cm (marco). Bodegón barroco de composición simétrica, que destaca por la abundancia de alimentos y animales que se presentan sobre la mesa. Los elementos se disponen a varias alturas, creando así una imagen compleja, pero a su vez muy visual. El bodegón en España fue uno de los géneros más característicos y, por sus especiales particularidades, se diferencia claramente de este mismo tema en talleres del resto de Europa. El término apareció ya a finales del siglo XVI, y destaca en esta escuela por su austeridad, en claro contraste con la suntuosidad flamenca, aunque contando con una serie de influencias de ésta y de la escuela italiana. Las obras de Sánchez Cotán alcanzó tal éxito que su estilo contó con numerosos seguidores (Juan de Espinosa, Antonio Ponce, Juan van der Hamen y León etc.). En este contexto, la escuela sevillana aportó sus propias particularidades, gracias, sobre todo a Velázquez y Zurbarán. Blas de Ledesma fue uno de los primeros artistas españoles en cultivar el bodegón. Aunque se trata de un artista muy poco documentado, del que sólo se conserva una obra firmada, sí sabemos que en 1602 se encuentra en Granada, trabajando junto a Pedro de Raxis en las pinturas de la cúpula que corona la escalera imperial del Monasterio de Santa Cruz la Real. De hecho, Pacheco lo menciona elogiosamente como pintor mural en su “Arte de la Pintura”, y lo cita junto a Pedro de Raxis y Antonio Mohedano como seguidor de Giulio Aquili y Alejandro Mayner, introductores de los grutescos en el Palacio de La Alhambra. En 1614 lo encontramos documentado de nuevo en Granada, dibujando una bóveda de yeso para la sala de los Mocárabes de La Alhambra. También se le cita en trabajando en la catedral junto a Miguel Cano. Nada más sabemos de su vida hasta enero de 1616, cuando la Hermandad del Corpus Christi, a la que pertenecía, celebra una misa por su alma, hecho del cual se deduce que debió fallecer a finales de 1615 o principios del año siguiente. También sabemos, sin embargo, que fue reconocido como pintor de fruteros, tal y como atestigua Pedro Soto de Rojas, quien le dedicó unos versos comparándolo con Zeuxis en su “Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos”, de 1652. A día de hoy sólo conocemos una obra firmada por él y con seguridad puede atribuírsele, el “Bodegón de cerezas” del High Museum of Art de Atlanta (EE.UU.). Se trata de un bodegón que evidencia el conocimiento de Juan Sánchez Cotán (presente en Granada desde 1604), caracterizado por una composición rigurosamente geométrica, con los objetos sobre una mesa ante un fondo negro, minuciosamente trabajados con gran detalle.
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