Escuela indo-portuguesa; siglo XVII. “Cristo crucificado”. Marfil tallado y policromada. Adjunta certificado CITES. Presenta leve pérdida en la nariz. Medidas: 38 x 28 x 5 cm; 55 cm (peana). De rostro ovalado enmarcado por cabellera con sus rizos conformados en marcados zigzags sobre los hombros, presenta ojos pequeños semientornados con iris destacado en color, bajo arcos ciliares pronunciados y cejas altas policromadas. De recta nariz, su boca entreabierta bajo bigote de finas guías que unen con barba corta terminada en pico, en color marrón oscuro como su cabellera y cejas. Su anatomía es correcta pero algo esquemática destacando el ondulado de las costillas en riguroso paralelismo bajo pectorales marcados. Se cubre con paño de pureza conformado por un lienzo que desde la espalda cae por delante sujeto a la cintura sobre una doble cuerda. A la izquierda, sujeto por un nudo, ajusta los pliegues del lienzo a la cadera, en parte descubierta. Todo el paño, policromado en un rojo suave, aparece ribeteado por un orla de piquillos y pequeños motivos circulares en rojo más fuerte. Sus brazos, de contextura sumaria con las venas señaladas, se elevan sobre la horizontal y muestran sus manos abiertas. También sus piernas torneadas con los pies sujetos por un solo clavo. De marfil blanco y brillante de gran calidad, poco común en este área artística, su clasificación responde con claridad a los caracteres de la escuela indo-portuguesa que se desarrolla en el área geográfica de la colonia portuguesa con centro en Goa (India). La escuela ha sido estudiada hace ya varios años en los trabajos pioneros y fundamentales de Ferrao Távores de Távora, continuado en tiempos más recientes por varios otros como los de Nuno Vasallo o Pedro Díaz. Ellos sirvieron de base a los nuestros cuando nos hemos ocupado de la numerosa representación de esta escuela que posee España y países de Hispanoamérica que en su día pertenecieron a la corona española En el mundo colonial de los Imperios católicos, sea el portugués o el español se divulga el modelo iconográfico impuesto en principio por el Renacimiento que se enriquece en el Barroco en sus dos representaciones básicas del Cristo Muerto o Moribundo y el Cristo vivo o Expirante, especialmente exaltado en los años del siglo XVII por los artistas italianos de la categoría del Algardi y del Bernini (6). Domina también en colonias éste último como atestiguan los numerosos ejemplares conocidos en los que al través de los años del siglo XVII, quizás en este caso por la influencia flamenca de un Rubens, elevan sus brazos sobre la horizontal.
Escuela indo-portuguesa; siglo XVII. “Cristo crucificado”. Marfil tallado y policromada. Adjunta certificado CITES. Presenta leve pérdida en la nariz. Medidas: 38 x 28 x 5 cm; 55 cm (peana). De rostro ovalado enmarcado por cabellera con sus rizos conformados en marcados zigzags sobre los hombros, presenta ojos pequeños semientornados con iris destacado en color, bajo arcos ciliares pronunciados y cejas altas policromadas. De recta nariz, su boca entreabierta bajo bigote de finas guías que unen con barba corta terminada en pico, en color marrón oscuro como su cabellera y cejas. Su anatomía es correcta pero algo esquemática destacando el ondulado de las costillas en riguroso paralelismo bajo pectorales marcados. Se cubre con paño de pureza conformado por un lienzo que desde la espalda cae por delante sujeto a la cintura sobre una doble cuerda. A la izquierda, sujeto por un nudo, ajusta los pliegues del lienzo a la cadera, en parte descubierta. Todo el paño, policromado en un rojo suave, aparece ribeteado por un orla de piquillos y pequeños motivos circulares en rojo más fuerte. Sus brazos, de contextura sumaria con las venas señaladas, se elevan sobre la horizontal y muestran sus manos abiertas. También sus piernas torneadas con los pies sujetos por un solo clavo. De marfil blanco y brillante de gran calidad, poco común en este área artística, su clasificación responde con claridad a los caracteres de la escuela indo-portuguesa que se desarrolla en el área geográfica de la colonia portuguesa con centro en Goa (India). La escuela ha sido estudiada hace ya varios años en los trabajos pioneros y fundamentales de Ferrao Távores de Távora, continuado en tiempos más recientes por varios otros como los de Nuno Vasallo o Pedro Díaz. Ellos sirvieron de base a los nuestros cuando nos hemos ocupado de la numerosa representación de esta escuela que posee España y países de Hispanoamérica que en su día pertenecieron a la corona española En el mundo colonial de los Imperios católicos, sea el portugués o el español se divulga el modelo iconográfico impuesto en principio por el Renacimiento que se enriquece en el Barroco en sus dos representaciones básicas del Cristo Muerto o Moribundo y el Cristo vivo o Expirante, especialmente exaltado en los años del siglo XVII por los artistas italianos de la categoría del Algardi y del Bernini (6). Domina también en colonias éste último como atestiguan los numerosos ejemplares conocidos en los que al través de los años del siglo XVII, quizás en este caso por la influencia flamenca de un Rubens, elevan sus brazos sobre la horizontal.
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