Posiblemente PEDRO BERRUGUETE (Paredes de Nava, Palencia, h. 1445/50 - ¿Madrid?, 1503). “San Pablo”. Madera tallada. Presenta faltas en la talla, y pérdida de la policromía. Medidas: 28 x 21 x 7 cm. A pesar de las faltas que este busto de San Pablo, originadas por el paso del tiempo, la escultura sigue mostrando la calidad técnica del escultor, definida a través de un uso delicado del trepano, como se aprecia en el acabado de la barba y del cabello, del protagonista, los cuales muestran un juego de volúmenes de carácter realistas. El idealizado rostro, y la monumentalidad del cuerpo del busto, muestran el conocimiento del autor por los preceptos estéticos del renacimiento. Por dicho motivo la obra se encuadra dentro del círculo de Pedro Berruguete, uno de los más destacados pintores de la España del siglo XV, principal introductor del Renacimiento italiano en la escuela castellana y situado, por tanto, en la transición entre el estilo gótico de influencia flamenca y el nuevo lenguaje renacentista de filiación italiana. Aunque a día de hoy conocemos muy pocos datos documentales tanto sobre su vida como acerca de su obra, sí sabemos que nació en la localidad palentina de Paredes de Nava en torno a 1445, si damos por cierto, como suele aceptarse, que se trata del “peras Spagnolus” citado en Urbino en 1477. Para entonces era ya residente de pleno derecho de la ciudad italiana, por lo que hubo de marchar de Castilla hacia Italia al menos en 1472. Berruguete nació en seno de una familia de origen hidalgo, y son varias las hipótesis que se han construido en torno a su formación artística. Lo más probable es que ésta se desarrollara en su Castilla natal, con un maestro influenciado por los modelos nórdicos, quizás Justo de Gante. Esta formación dentro del lenguaje flamenco ha llevado a algunos estudiosos a situar su formación en Flandes, aunque dada la importancia de la influencia nórdica en la España de la época, el viaje a los Países Bajos no era condición necesaria para el conocimiento del lenguaje flamenco. Su formación debía haber finalizado en 1470, antes de marchar a Italia, dado que se conservan de esta época dos tablas: “Historia de la Santa Cruz” (Museo Parroquial de Santa Eulalia, Paredes de Nava” y “La prueba del fuego” (Museo del Prado). Debió iniciar su viaje a Italia con Roma en mente, si bien debió llegar a Urbino pronto, en torno a 1473 ó 1474. Allí lo encontraremos trabajando para el duque Federico de Montefeltro, realizando obras como “El doble retrato de Federico de Montefeltro y de su huijo Guibaldo” (Gallerie Nazionale delle Marche, Urbino). Debió posteriormente regresar a Castilla, y Ceán Bermúdez lo sitúa en Toledo en 1483, gracias a la documentación que indica que se hallaba en esa fecha realizando las pinturas del Sagrario Viejo de la catedral de esta ciudad, hoy perdidas. Tras un periodo en Toledo Berruguete habría regresado a su localidad natal, donde entre 1485 y 1488 ejecutó un retablo de santa Ana y la Virgen. Tras la realización de este retablo regresa a Toledo, donde vuelve a aparecer documentado en 1494. En Toledo debió entrar en contacto con el pintor Juan de Borgoña, con quien compartió el dominio de la pintura toledana del momento. En estas fechas pintó, por encargo del inquisidor Tomás de Torquemada, el retablo mayor del convento de Santo Tomás de Ávila. La tabla más destacada de este conjunto, el “Auto de Fe presidido por santo Domingo de Guzmán”, se conserva hoy en el Museo del Prado. Algunos historiadores apuntan también a que pudo haber trabajado para Isab
Posiblemente PEDRO BERRUGUETE (Paredes de Nava, Palencia, h. 1445/50 - ¿Madrid?, 1503). “San Pablo”. Madera tallada. Presenta faltas en la talla, y pérdida de la policromía. Medidas: 28 x 21 x 7 cm. A pesar de las faltas que este busto de San Pablo, originadas por el paso del tiempo, la escultura sigue mostrando la calidad técnica del escultor, definida a través de un uso delicado del trepano, como se aprecia en el acabado de la barba y del cabello, del protagonista, los cuales muestran un juego de volúmenes de carácter realistas. El idealizado rostro, y la monumentalidad del cuerpo del busto, muestran el conocimiento del autor por los preceptos estéticos del renacimiento. Por dicho motivo la obra se encuadra dentro del círculo de Pedro Berruguete, uno de los más destacados pintores de la España del siglo XV, principal introductor del Renacimiento italiano en la escuela castellana y situado, por tanto, en la transición entre el estilo gótico de influencia flamenca y el nuevo lenguaje renacentista de filiación italiana. Aunque a día de hoy conocemos muy pocos datos documentales tanto sobre su vida como acerca de su obra, sí sabemos que nació en la localidad palentina de Paredes de Nava en torno a 1445, si damos por cierto, como suele aceptarse, que se trata del “peras Spagnolus” citado en Urbino en 1477. Para entonces era ya residente de pleno derecho de la ciudad italiana, por lo que hubo de marchar de Castilla hacia Italia al menos en 1472. Berruguete nació en seno de una familia de origen hidalgo, y son varias las hipótesis que se han construido en torno a su formación artística. Lo más probable es que ésta se desarrollara en su Castilla natal, con un maestro influenciado por los modelos nórdicos, quizás Justo de Gante. Esta formación dentro del lenguaje flamenco ha llevado a algunos estudiosos a situar su formación en Flandes, aunque dada la importancia de la influencia nórdica en la España de la época, el viaje a los Países Bajos no era condición necesaria para el conocimiento del lenguaje flamenco. Su formación debía haber finalizado en 1470, antes de marchar a Italia, dado que se conservan de esta época dos tablas: “Historia de la Santa Cruz” (Museo Parroquial de Santa Eulalia, Paredes de Nava” y “La prueba del fuego” (Museo del Prado). Debió iniciar su viaje a Italia con Roma en mente, si bien debió llegar a Urbino pronto, en torno a 1473 ó 1474. Allí lo encontraremos trabajando para el duque Federico de Montefeltro, realizando obras como “El doble retrato de Federico de Montefeltro y de su huijo Guibaldo” (Gallerie Nazionale delle Marche, Urbino). Debió posteriormente regresar a Castilla, y Ceán Bermúdez lo sitúa en Toledo en 1483, gracias a la documentación que indica que se hallaba en esa fecha realizando las pinturas del Sagrario Viejo de la catedral de esta ciudad, hoy perdidas. Tras un periodo en Toledo Berruguete habría regresado a su localidad natal, donde entre 1485 y 1488 ejecutó un retablo de santa Ana y la Virgen. Tras la realización de este retablo regresa a Toledo, donde vuelve a aparecer documentado en 1494. En Toledo debió entrar en contacto con el pintor Juan de Borgoña, con quien compartió el dominio de la pintura toledana del momento. En estas fechas pintó, por encargo del inquisidor Tomás de Torquemada, el retablo mayor del convento de Santo Tomás de Ávila. La tabla más destacada de este conjunto, el “Auto de Fe presidido por santo Domingo de Guzmán”, se conserva hoy en el Museo del Prado. Algunos historiadores apuntan también a que pudo haber trabajado para Isab
Try LotSearch and its premium features for 7 days - without any costs!
Be notified automatically about new items in upcoming auctions.
Create an alert