Maestro activo en Flandes, primer tercio del siglo XVI. “Calvario”. Óleo sobre tabla de roble. Presenta etiqueta al dorso del inventario del Museo Wallraf-Richartz de Colonia. Posee dorado posterior y restos xilófagos. Muestra repintes y marco. Medidas: 88,5 x 60,5 cm; 99 x 71,5 cm (marco). Un delicado trampantojo emerge del cuadro, extendiéndose el manto de María Magdalena y traspasando los límites del marco. Este delicado recurso acentúa la teatralidad marcada que presenta esta obra y que se aprecia en los rostros y gestos de los protagonistas y en la presencia dinámica de los ángeles que completan la escena. Compositivamente la obra se estructura a través de una estricta simetría, mostrando el tema principal en primer plano, mientras que al fondo se desarrolla un paisaje, coronado por arquitectura en cada uno de los flancos, y por una cadena montañosa que destaca en el centro. Volviendo al primer plano cabe destacar el detallismo cuidado de los paños angulosos que conforman las vestimentas de los protagonistas, el velo de la Virgen ondeado por el viento, al igual que los mantos de los ángeles situados en la zona superior, el damasco de la tela, o el libro que porta san Juan, detalles que denotan la gran calidad técnica, detallista y preciosista de la escuela Flamenca y que recuerdan a composiciones de grandes artistas como por ejemplo el maestro Van Groot El autor ha escogido una obra de temática devocional, donde se recoge la Crucifixión de Cristo, acompañado de la Virgen, San Juan Evangelista y María Magdalena a los pies de la Cruz, una forma iconográfica evolucionada de la original Déesis bizantina, que representaba a Cristo en Majestad acompañado de María y san Juan Bautista. En el arte occidental se prefirió la representación de Cristo en la cruz, a modo de escena narrativa, y se sustituyó la figura de san Juan Bautista por la de Juan el Evangelista. Una imagen que en su concepción y su forma son el resultado de la expresión surgida del pueblo y de los sentimientos más hondos que en él anidaban. La composición que nos ocupa está resuelta por el artista siguiendo con fidelidad el texto evangélico, y de ahí que represente con claridad a todos los personajes. Durante el siglo XV, la influencia de la escuela pictórica flamenca fue clave en el desarrollo del arte europeo. En ese momento, los pintores flamencos sentaron un modelo estilístico basado en la búsqueda de la realidad, centrándose en la plasmación de las calidades de los objetos, otorgando una especial importancia a los detalles secundarios y utilizando una técnica lisa y dibujística. En el siglo XVI, a raíz de la introducción de las novedades del renacimiento italiano, el estilo flamenco evoluciono hacia un sentido más clásico y escultórico, conservando sin embargo sus características propias.
Maestro activo en Flandes, primer tercio del siglo XVI. “Calvario”. Óleo sobre tabla de roble. Presenta etiqueta al dorso del inventario del Museo Wallraf-Richartz de Colonia. Posee dorado posterior y restos xilófagos. Muestra repintes y marco. Medidas: 88,5 x 60,5 cm; 99 x 71,5 cm (marco). Un delicado trampantojo emerge del cuadro, extendiéndose el manto de María Magdalena y traspasando los límites del marco. Este delicado recurso acentúa la teatralidad marcada que presenta esta obra y que se aprecia en los rostros y gestos de los protagonistas y en la presencia dinámica de los ángeles que completan la escena. Compositivamente la obra se estructura a través de una estricta simetría, mostrando el tema principal en primer plano, mientras que al fondo se desarrolla un paisaje, coronado por arquitectura en cada uno de los flancos, y por una cadena montañosa que destaca en el centro. Volviendo al primer plano cabe destacar el detallismo cuidado de los paños angulosos que conforman las vestimentas de los protagonistas, el velo de la Virgen ondeado por el viento, al igual que los mantos de los ángeles situados en la zona superior, el damasco de la tela, o el libro que porta san Juan, detalles que denotan la gran calidad técnica, detallista y preciosista de la escuela Flamenca y que recuerdan a composiciones de grandes artistas como por ejemplo el maestro Van Groot El autor ha escogido una obra de temática devocional, donde se recoge la Crucifixión de Cristo, acompañado de la Virgen, San Juan Evangelista y María Magdalena a los pies de la Cruz, una forma iconográfica evolucionada de la original Déesis bizantina, que representaba a Cristo en Majestad acompañado de María y san Juan Bautista. En el arte occidental se prefirió la representación de Cristo en la cruz, a modo de escena narrativa, y se sustituyó la figura de san Juan Bautista por la de Juan el Evangelista. Una imagen que en su concepción y su forma son el resultado de la expresión surgida del pueblo y de los sentimientos más hondos que en él anidaban. La composición que nos ocupa está resuelta por el artista siguiendo con fidelidad el texto evangélico, y de ahí que represente con claridad a todos los personajes. Durante el siglo XV, la influencia de la escuela pictórica flamenca fue clave en el desarrollo del arte europeo. En ese momento, los pintores flamencos sentaron un modelo estilístico basado en la búsqueda de la realidad, centrándose en la plasmación de las calidades de los objetos, otorgando una especial importancia a los detalles secundarios y utilizando una técnica lisa y dibujística. En el siglo XVI, a raíz de la introducción de las novedades del renacimiento italiano, el estilo flamenco evoluciono hacia un sentido más clásico y escultórico, conservando sin embargo sus características propias.
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