Escuela española, siglo XX. Sigue Modelos Medievales. “Martirio de San Andrés”. Relieve, con policromía. Presenta xilófagos. Medidas: 71 x 38 cm; 131 x 97,5 cm (marco). Tabla devocional, tallada en relieve siguiendo modelos góticos. Se representa el tema bíblico del martirio de San Andrés, quien fue crucificado en una cruz en aspa, por orden del procónsul Egeas. Sin embargo, el modo en que ha sido crucificado, de cabeza, podría aludir también a San Pedro. Resuelto en lenguaje sintético y expresivo, la escena se enmarca bajo un arco ojival de inspiración gótica. Según se narra en “La leyenda dorada” San Andrés estuvo en Acaya, donde fundó varias iglesias y convirtió a gran parte de la población al cristianismo, entre ellas a la esposa del procónsul Egeas. Este descubrió lo ocurrido y, furioso, quiso obligar a los cristianos a que ofrecieran sacrificios a los ídolos. San Andrés intentó convencerlo para que desistiera en su empeño, pero el procónsul ordenó su encarcelamiento. Fue colgado de la cruz tanto pero sin clavarlo a ella, para que tardara más en morir y así prolongar su sufrimiento. Durante los dos días de sufrimiento, San Andrés no dejó de predicar, haciendo concurrir a muchas personas que acudían a escucharle. La multitud no tardó en amotinarse contra Egeas, quien ante tales amenazas trató de liberarle. Sin embargo, San Andrés decía: “¿A qué vienes? Yo no bajaré vivo de aquí; ya veo a mi Rey que me está esperando”. Trataron de desatarlo, pero éste se lo impidió rezando la oración que comenzaba así: “No permitas, Señor, que me bajen vivo de aquí. Ya es hora de que mi cuerpo sea entregado a la tierra”. Al decir estas palabras San Andrés quedó envuelto por una luz venida del cielo y acto seguido el apóstol murió.
Escuela española, siglo XX. Sigue Modelos Medievales. “Martirio de San Andrés”. Relieve, con policromía. Presenta xilófagos. Medidas: 71 x 38 cm; 131 x 97,5 cm (marco). Tabla devocional, tallada en relieve siguiendo modelos góticos. Se representa el tema bíblico del martirio de San Andrés, quien fue crucificado en una cruz en aspa, por orden del procónsul Egeas. Sin embargo, el modo en que ha sido crucificado, de cabeza, podría aludir también a San Pedro. Resuelto en lenguaje sintético y expresivo, la escena se enmarca bajo un arco ojival de inspiración gótica. Según se narra en “La leyenda dorada” San Andrés estuvo en Acaya, donde fundó varias iglesias y convirtió a gran parte de la población al cristianismo, entre ellas a la esposa del procónsul Egeas. Este descubrió lo ocurrido y, furioso, quiso obligar a los cristianos a que ofrecieran sacrificios a los ídolos. San Andrés intentó convencerlo para que desistiera en su empeño, pero el procónsul ordenó su encarcelamiento. Fue colgado de la cruz tanto pero sin clavarlo a ella, para que tardara más en morir y así prolongar su sufrimiento. Durante los dos días de sufrimiento, San Andrés no dejó de predicar, haciendo concurrir a muchas personas que acudían a escucharle. La multitud no tardó en amotinarse contra Egeas, quien ante tales amenazas trató de liberarle. Sin embargo, San Andrés decía: “¿A qué vienes? Yo no bajaré vivo de aquí; ya veo a mi Rey que me está esperando”. Trataron de desatarlo, pero éste se lo impidió rezando la oración que comenzaba así: “No permitas, Señor, que me bajen vivo de aquí. Ya es hora de que mi cuerpo sea entregado a la tierra”. Al decir estas palabras San Andrés quedó envuelto por una luz venida del cielo y acto seguido el apóstol murió.
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