Escuela italiana; siglo XX. “Niño Budha”. Mármol. Firmado Mario Pelleti en la base. Medidas: 75 x 33 x 43 cm. Escultura realizada en mármol que representa a Buda sentado en posición de flor de loto y realizando un gesto sagrado o mudra. La peana presenta un acabado liso de factura sintética y trabajada en un único. La representación muestra varios “lakshana”, símbolos iconográficos que identifican a los Budas y bodhisatvas. El primero que vemos son los párpados entornados son símbolo de concentración espiritual y también de pureza, por su similitud con los pétalos del loto, y completan un rostro sereno de sonrisa esbozada, símbolo del equilibrio y la serenidad propios de un ser perfecto. Los lóbulos alargados de las orejas aluden a los grandes pendientes que llevaban los miembros de las clases altas en la India contemporánea a Sakyamuni, y representan los conceptos de grandeza, nobleza y sabiduría. Otro “lakshana” aquí presente son los pliegues en el cuello, que simbolizan la felicidad. La obra presenta una estética contemporánea, con un acabado realista, pero a la vez idealizado, que nos muestra como el autor ha recogido una idea o concepto y lo ha interpretado a través de su propia visión.
Escuela italiana; siglo XX. “Niño Budha”. Mármol. Firmado Mario Pelleti en la base. Medidas: 75 x 33 x 43 cm. Escultura realizada en mármol que representa a Buda sentado en posición de flor de loto y realizando un gesto sagrado o mudra. La peana presenta un acabado liso de factura sintética y trabajada en un único. La representación muestra varios “lakshana”, símbolos iconográficos que identifican a los Budas y bodhisatvas. El primero que vemos son los párpados entornados son símbolo de concentración espiritual y también de pureza, por su similitud con los pétalos del loto, y completan un rostro sereno de sonrisa esbozada, símbolo del equilibrio y la serenidad propios de un ser perfecto. Los lóbulos alargados de las orejas aluden a los grandes pendientes que llevaban los miembros de las clases altas en la India contemporánea a Sakyamuni, y representan los conceptos de grandeza, nobleza y sabiduría. Otro “lakshana” aquí presente son los pliegues en el cuello, que simbolizan la felicidad. La obra presenta una estética contemporánea, con un acabado realista, pero a la vez idealizado, que nos muestra como el autor ha recogido una idea o concepto y lo ha interpretado a través de su propia visión.
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