Escuela española siguiendo modelos de BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO; siglo XIX. “San Juanito”. Óleo sobre hojalata. Presenta leves restauraciones. Dolado, faltas repintes marco adaptado del siglo XIX. Medidas: 24,5 x 18,5 cm; 29,5 x 25,5 cm (marco). Esta obra sigue los preceptos estéticos de la pintura del maestro Bartolomé Esteban Murillo, la cual pertenece a la colección de la National Gallery de Londres y está datada en el año 1660. El pintor construye en este lienzo una tierna imagen de san Juanito, cuya dulzura e inocencia contrasta con el dramático simbolismo que subyace en la imagen. El tierno cordero que lo acompaña alude directamente al sacrificio cruento de Cristo, simboliza su propio martirio. Este tipo de imágenes infantiles de dramático contenido, pero aspecto dulce y conmovedor, pensadas precisamente para mover el alma del fiel que ora ante ellas, fue muy frecuente en el barroco español. Su forma más frecuente fue la del Niño con los símbolos de la Pasión, que proyecta sobre la inocente infancia de Jesús la sombra de la cruz. Será sobre todo en el arte de la Contrarreforma donde ese presentimiento fúnebre de la Pasión se exprese por medio de alusiones transparentes.
Escuela española siguiendo modelos de BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO; siglo XIX. “San Juanito”. Óleo sobre hojalata. Presenta leves restauraciones. Dolado, faltas repintes marco adaptado del siglo XIX. Medidas: 24,5 x 18,5 cm; 29,5 x 25,5 cm (marco). Esta obra sigue los preceptos estéticos de la pintura del maestro Bartolomé Esteban Murillo, la cual pertenece a la colección de la National Gallery de Londres y está datada en el año 1660. El pintor construye en este lienzo una tierna imagen de san Juanito, cuya dulzura e inocencia contrasta con el dramático simbolismo que subyace en la imagen. El tierno cordero que lo acompaña alude directamente al sacrificio cruento de Cristo, simboliza su propio martirio. Este tipo de imágenes infantiles de dramático contenido, pero aspecto dulce y conmovedor, pensadas precisamente para mover el alma del fiel que ora ante ellas, fue muy frecuente en el barroco español. Su forma más frecuente fue la del Niño con los símbolos de la Pasión, que proyecta sobre la inocente infancia de Jesús la sombra de la cruz. Será sobre todo en el arte de la Contrarreforma donde ese presentimiento fúnebre de la Pasión se exprese por medio de alusiones transparentes.
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